El juez del máximo tribunal de la Nación dialogó con el periodista Eduardo Anguita . Destacó la coordinación de los tres poderes del Estado en el caso del Riachuelo y los juicios de lesa humanidad.
Hace algo más de tres años había ido a verlo, entré por la calle Tucumán, venía de la Isla Maciel impresionado por lo que se vivía en el Riachuelo. Antes de venir a entrevistarlo, entré en la página, en el CIJ (Centro de Información Judicial) y vi esa foto de los chicos de una escuela de Lanús que venían a visitarlo…
–Si, fue una experiencia muy linda porque los chicos vinieron a visitar la Corte porque estaban trabajando sobre el tema. La maestra nos contaba que notó en esos chicos conductas que no le conformaban, que eran rebeldes, que se sentían mal. Empezó a averiguar y descubrió que entre esos chicos había algunos de ellos con hermanitos enfermos por la contaminación del río. Entonces, la maestra empezó a trabajar en sus conciencias, a enseñarles lo que se estaba haciendo, les mostró el fallo de la Corte. Los chicos se agruparon, formaron equipos de trabajo, se entusiasmaron, se nombraron a sí mismos “Guardianes de la Cuenca Matanza-Riachuelo”, y comenzaron a trabajar en tareas educativas y de concientización. Entonces, para ellos era una gran aspiración conocer la Corte. Creo que las sentencias judiciales se ejecutan cuando el pueblo las asume como tales. No hay posibilidad de pensar una sentencia colectiva en estos juicios que se llaman estructurales (porque cambian las estructuras) sin una fuerte participación popular.
–Interesante es lo que hizo la Corte con la Cuenca, con las Audiencias Públicas, que el juez federal de Quilmes haya hecho el monitoreo, con intendentes que deben hasta pagar multas, o sea que hay autoridad en un sentido complejo, ¿no?
–Sí. Hay que tener en cuenta que el Riachuelo está contaminado hace más de 100 años. Y una de las razones fundamentales por las cuales no se encontró solución, entre otras, es que hay muchas juridicciones: cada municipio tiene su juridicción, está la Ciudad, la provincia, la Nación, muchas empresas, problemas de toda índole. Lo primero fue tratar de unificar la conducción política de la Cuenca, porque hoy en muchos problemas ambientales no coinciden el problema social, económico y ambiental con la división política-territorial. Se logró hacer, y en esto el Poder Ejecutivo con su proyecto, establece una única conducción para toda la Cuenca, con capacidad para establecer parámetros comunes.