Actualidad // Nacionales // Salud Fuente Infobae 13 May, 2024 02:00 p.m.
“No podrán colocarse más stents”: el duro comunicado de los cardiólogos intervencionistas
El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas alertó por crisis de salud y dijo que el aumento de los insumos y los costos médicos pone en riesgo las cirugías cardiovasculares
“Los salarios de los médicos, en los últimos años han caído a valores que hacen cada vez más difícil mantenerse en la especialidad” (Imagen Ilustrativa Infobae)
El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) emitió un duro comunicado en el que advirtió sobre la crisis que atraviesa el sector y reclamó soluciones a mediano plazo para mantener el nivel de atención de procedimientos vitales como la colocación de stents y la realización de angioplastias que, en muchos casos, podrían dejar de llevarse a cabo.
En un comunicado en el que los médicos de esa especialidad detallaron la situación, indicaron que se debe a la combinación del aumento exponencial en el costo de equipos y suministros médicos, y a una reducción sistemática de honorarios profesionales, que ya ha comenzado a repercutir en la demora y reprogramación de intervenciones y comprometido la salud cardiovascular de pacientes.
La posición de los médicos cardioangiólogos
El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas advirtió que “en el mediano plazo su actividad puede desaparecer y no podrían ya colocarse stents ni efectuarse angioplastías”. Esto se debe al “aumento exponencial del costo de los equipos y los insumos médicos, la baja sistemática de los honorarios profesionales”. Esta situación ya está mostrando “consecuencias indeseables como la reprogramación de prácticas y la demora en realizar las mismas dilatándolas por largos meses”, aseguró. Si la solución se demora, en el mediano plazo “toda la actividad va a verse paralizada, generando un impacto incalculable sobre la salud de la población a lo largo y a lo ancho de toda la Argentina”.
La colocación de stents, cuando se realiza precozmente “son el tratamiento más eficaz para disminuir la mortalidad del infarto de miocardio”, además, “el tratamiento por catéteres del accidente cerebrovascular realizado en las primeras horas del inicio de los síntomas logra disminuir, no solo la mortalidad, sino también el grado de incapacidad que puede quedar luego del mismo”, remarcó.
Los insumos necesarios para estas intervenciones “no se fabrican en el país”, recodaron, a la vez que advirtieron que, para realizarlas, se necesita de “profesionales altamente entrenados”. En ese sentido, señalaron que los precios de los equipos e insumos “han aumentado en forma exponencial, entre un 300% y un 500%”, algo que “no se ha visto reflejado en los centros asistenciales donde se realizan estos procedimientos y que las Obras Sociales y Sistemas de Medicina Privada pagan”.
Por poner un ejemplo, los miembros del Colegios de Cardioangiólogos aseguraron que los centros de salud con salas de cateterismo están cobrando “por las prácticas menos de la mitad que los colegas latinoamericanos y una cuarta o quinta parte de lo que se paga en Estados Unidos”. En consecuencia, “estos bajos valores abonados por los financiadores, afectan, no solo a los médicos, sino que las instituciones se quedan sin márgenes para renovar equipos e infraestructura”. Derivado de esa situación se están realizando “ajustes” que implican la reutilización los insumos, la postergación de la actualización de los equipos y el mantenimiento de magras retribuciones a los profesionales lo que está “bajando de ese modo la calidad de las prestaciones”.
El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) emitió un duro comunicado en el que advirtió sobre la crisis que atraviesa el sector (Getty)
Retomando lo señalado en cuanto a los honorarios, en las salas de cateterismo “los salarios de los médicos, en los últimos años han caído a valores que hacen cada vez más difícil mantenerse en la especialidad. Un cardiólogo intervencionista cobra en Argentina por el mismo trabajo apenas una fracción de lo que sus colegas de Chile, Brasil, Bolivia o Paraguay, para nombrar solo algunos países vecinos”. Además, dijeron, “los médicos cobran a los 90, 120 y a veces 150 días después de asistir al paciente, sin ningún tipo de interés ni indexación”.
Ante esto, aseguró el Colegio en el comunicado, “médicos con excelente formación están emigrando a países que los reciben con los brazos abiertos y retribuciones acordes con la calidad de su trabajo”. Una posible “escasez de médicos y el cierre de centros de alta complejidad tendrá indudablemente consecuencias serias en la salud cardiovascular de la población”, agregó.
Según dijo, como no se está actuando para solucionar estos problemas “algunas empresas de medicina prepaga y muchas obras sociales, no autorizan el suministro de los componentes básicos para poder llevar adelante la prácticas, dilatando los estudios necesarios y atentando contra la salud de los pacientes, deteriorando, de esa forma, la calidad asistencial”.
Respecto de la situación descriptas, el médico cardioangiólogo intervencionista Juan José Fernández, Presidente del CACI, remarcó que “está en crisis la atención de las urgencias, tanto sea por infartos coronarios u otras condiciones cardiológicas y cerebrovasculares”. En los hechos, aseguró, “los especialistas, en lugar de concentrarnos en la realización del procedimiento, tenemos que estar pendientes de conseguir los insumos mínimos necesarios para su realización y, muchas veces, trabajar en condiciones muy precarias”.
Su colega, el doctor Alejandro Palacios, ex presidente de la entidad opinó que “toda esta situación grafica claramente que “la medicina está desatendida, y no por los propios médicos, que hacemos esfuerzos sobrehumanos, muchas veces trabajando sin los recursos mínimos necesarios, sino por el propio sistema y por las autoridades que deben velar por brindar un servicio de calidad a la población”.
“Nadie quiere arriesgar, ni perder dinero. Los importadores retacean insumos, las obras sociales y prepagas demoran autorizaciones y pagan las prácticas en plazos extendidos afectados por la inflación, las autoridades sanitarias no toman cartas en el asunto y las clínicas y hospitales terminan siendo testigos involuntarios de una problemática que afecta directamente la atención programada y las urgencias. En definitiva, somos los médicos los que debemos dar la cara con el paciente e intentar resolver su problema de salud con los pocos medios que tengamos a nuestro alcance”, concluyó el doctor Palacios.