Godoy Cruz recibió a un Olimpo necesito de triunfos. Un Olimpo que se rehúsa a pensarse condenado al descenso en julio próximo. Sabe que encadenar un par de victorias consecutivas puede complicar a sus compañeros en la zona peligrosa de la tabla de posiciones. No agacha la cabeza. No se rinde.
Viajó a Mendoza este lunes frío, con la mente puesta en sumarle un nuevo dolor de cabeza al Tomba que no hace pie en el presente Clausura.
El primer tiempo pasó con pocas situaciones de gol por lado, las emociones estaban destinadas al complemento. Allí, en los últimos 45 minutos, el mediocampo se transformó en una zona de transición, los Ibáñez debieron lucirse. Tanto Nelson debajo de los tres palos del local como Matías en el arco visitante. Los jugadores de ataque no les dieron tregua, y las defensas no ayudaron.
Los centros cruzados les dolieron a ambas escuadras. De hecho, tras el rebote de un centro se dio la apertura del marcador, gracias a un buen remate de media distancia de Martín Rolle a los 20 minutos.
También de una pelota cruzada convirtió Godoy Cruz. En esta caso, Ariel Rojas, recién ingresado, realizó una gran maniobra individual para dejar en el camino a dos hombres del aurinegro y luego buscar a Castillón, en el extremo opuesto del área. Éste la bajó hacia el centro, a Rubén Ramírez no le quedó más que definir al gol. Al empate.
El tanto que volvió a golpear las esperanzas de un Olimpo diezmado, al que cada revés empieza a achicarlo poco a poco, casi echando por tierra sus aspiraciones de mantenerse en la elite.
