“Es un modelo de control de un instrumento clave, de recuperación de soberanía”

 

Quiero hablarle a todo el pueblo argentino de eso que significa la recuperación de la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina. Realmente somos el único país de Latinoamérica –y yo diría casi del mundo– que no maneja sus recursos naturales. Pero hubo motivos más fuertes aún para tomar esta decisión”, fue la manera que eligió ayer Cristina Fernández para empezar a explicar el envío al Congreso de la Nación del proyecto de ley de expropiación de YPF.

La presidenta negó que se trate de una estatización.
La presidenta negó que se trate de una estatización.

Y, acto seguido, expuso un manojo de datos duros. Dijo la presidenta que en 2011, 17 años después de la desnacionalización de la compañía, por primera vez la Argentina se convirtió en un país importador neto de gas y petróleo con un déficit de 3029 millones de dólares. Que entre 2006 y 2011 el saldo comercial se redujo en un 150%. Que en 2011 la importación de combustibles ascendió a 9397 millones de dólares (“casi iguala al superávit comercial argentino del año pasado”, destacó).