Pese a los esfuerzos que se han hecho en los últimos diez años por lograr una mayor equidad en el sistema previsional, en la Argentina hay jubilados que, por distintas razones, tienen coronita y son beneficiarios de regímenes de privilegio y especiales que les permiten ganar muchísimo más que el resto de los pasivos.
En algunos casos existen diferencias abismales y abusivas que, más allá del rol que cumplan los beneficiarios, resultan difíciles de justificar a la luz de los números. De acuerdo con un trabajo de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), a cargo de Diego Bossio, hay 4135 magistrados y funcionarios del Poder Judicial que cobran haberes de hasta $ 67.937, lo que representa más de 40 jubilaciones mínimas.
La importancia de esta cifra sería difícil de sopesar si no fuera porque el valor del haber máximo del tope general alcanza los $ 12.359, es decir que los jueces, más allá del respeto que se les tenga por su condición de tales, cobran al dejar sus funciones, en algunos casos, cinco veces más que la máxima del común de los jubilados.