La viuda de David Graiver, Lidia Papaleo que ayer dio su testimonio ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, destacó por Radio América que “en el Gobierno de Néstor Kirchner yo pude hablar, antes no me sentía segura”.
Papaleo declaró sobre su cautiverio ante el TOF que juzga a 25 represores por los delitos cometidos durante la última dictadura en 6 centros clandestinos de detención que integraban el denominado Circuito Camps, y entre los que se encontraba la sub-comisaría de Don Bosco, en el partido de Quilmes, conocida como Puesto Vasco.
“Ayer me quebré hablando de mi hija (María Sol Graiver) y pensé en la Presidenta que a pesar de todo sigue adelante”, relató sobre la situación que debió padecer su hija que al momento de recibir torturas y amenazas para que vendieran la empresa de la familia Graiver.
Papaleo también destacó que “el juicio de ayer fue el más importante porque fue filmado y grabado, ya que mi testimonio es valido si me muero hoy”. A su vez comentó su pedido “para que no se retiraran los acusados porque ellos participaron de todo. Las dos horas que declaré los nombré todo el tiempo y los tenía al lado”.
Con respecto a la causa y a la historia de Papel Prensa, recordó que “comenzó con la muerte de mi marido en el ´76 en un accidente muy raro en México y a partir de ahí la familia volvió a la Argentina donde seguimos recibiendo amenazas”.
“Se nos pidió que vendamos Papel Prensa a La Razón, La Nación y Clarín. Ahí comenzaron las entrevistas y firmo en la oficina del diario La Nación con mis suegros, mi cuñado y yo al lado de Magnetto, quien nos dijo que tenemos que vender porque de esto dependía la vida de mi hija”, recordó la viuda de Graiver.
Además reiteró que “en el 77 firmé por mi hija, la última documentación que es la venta de Papel Prensa y a los 5 días ya estaba desaparecida”, en el centro clandestino de detención Puesto Vasco donde sufrió torturas y vejaciones.
