La reciente aprobación del veto presidencial de la Reforma de la Fórmula Jubilatoria impulsada por la Cámara de Diputados es una demostración más de la política del viejismo. Es la pedagogía de la crueldad en su máxima expresión.
Negar derechos y reprimir a nuestrxs viejxs es una manera de romper esos lazos intergeneracionales que nos unen como sociedad. Todas las personas pasamos por la niñez y la vejez, es cuestión de tiempo