La Sala IV convocó a la defensa casi con un mes de anticipación para el próximo miércoles 13 de noviembre. Para entonces, se dispone a confirmar la condena a prisión de Cristina Fernández de Kirchner mientras ella recupera centralidad política en la reorganización del peronismo. Las especulaciones detrás de la puesta en escena, lo que se espera, la hipótesis de la proscripción y lo que hará la defensa.
El show debe continuar. La Sala IV de la Cámara de Casación convocó a una audiencia para leer la condena contra Cristina Fernández de Kirchner y otros 13 imputados en la causa conocida como Vialidad, pero que se refiere a la construcción de rutas en Santa Cruz. Será el miércoles 13 de noviembre a las 11 horas. En la cédula de notificación a las defensas no se especifica si se requiere la presencia de los acusados, por lo que se prevé que algunos estarán y otros no. El procedimiento es inusual. Normalmente lo que hacen las salas de Casación es notificar a las partes, colgar el fallo en la red y punto. Esta vez convocan a la sala de audiencias y le darán el formato de espectáculo. Es evidente que en la puerta habrá un enjambre de periodistas. De acuerdo a lo que los jueces hicieron trascender, la Sala IV confirmará, en fallo dividido, lo resuelto por el Tribunal Oral. Respecto de Cristina, son seis años de prisión e inhabilitación perpetua. El paso siguiente será el recurso ante la Corte Suprema de Justicia.
Todo indicaba que el fallo se iba a conocer en la semana que pasó, incluso parecía que se iba a buscar el efecto de hacerlo coincidir con la marcha por el presupuesto universitario. Era demasiado obvio y no ocurrió. Lo extraño es que todo se postergó por más de un mes. ¿Será que alguno de los jueces está pensando todavía algún elemento o algún fundamento? ¿Algún cambio de voto? ¿O tal vez tratan de amortiguar el escándalo que ya se produjo con el anticipo del fallo publicado en la tapa de los diarios alineados con el macrismo?
Hace dos semanas, esos medios, no sólo detallaron el contenido de la resolución sino incluso el sentido del voto de cada uno de los magistrados. Gustavo Hornos, visitante asiduo de Mauricio Macri en la Casa Rosada, pidió aumentar la condena a 12 años, sumándole a CFK el delito de asociación ilícita. Los otros dos camaristas, Mariano Borinsky -que estuvo numerosas veces con Macri en Olivos y en Casa Rosada- y Diego Barroetaveña -dirigente en las corrientes macristas de magistrados- parece que sostuvieron los seis años de condena que dictó el tribunal oral. A esa condena se le agrega la inhabilitación, justo en tiempos en que CFK está ocupando un papel en la reorganización del peronismo. Es cierto que ser titular del PJ no es ser candidata a un cargo nacional, pero es indudable que hay presiones para sacarla de la cancha.
La comunicación del tribunal de este lunes es muy escueta. Rechaza algún planteo del abogado de Cristina, Carlos Alberto Beraldi, y concluye con un escueto “hágase saber a las partes que el Tribunal dará a conocer la sentencia en audiencia el 13 de noviembre de 2024 a las 11 horas”. El procedimiento está dentro de lo establecido por el Código Procesal Penal, pero son pocos los que recuerdan que una sala de Casación haya convocado una audiencia para leer una sentencia. Como es obvio, se dará a conocer únicamente la parte dispositiva, o sea la condena de cada uno de los 14 imputados y los delitos que se le adjudican. El fallo, con los fundamentos, es seguro que tendrá cientos de páginas y es imposible leerlo en una audiencia.
Todo indica que la causa Vialidad empezó como un show y continuará como un show. A lo largo de tres años, el juicio casi no tuvo ninguna repercusión. Este cronista, que presenció la totalidad de las audiencias, vio pasar uno tras otro a los testigos y peritos, sin que hubiera mención alguna a CFK. Los peritos presentados por los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola hicieron agua cuando tuvieron que confrontar con los peritos de las defensas. Hasta los demás empresarios de la construcción, que habían perdido las licitaciones con Lázaro Báez, declararon que no hubo fraude, que Báez tenía más empleados, más maquinarias y que jugaba de local en Santa Cruz, por lo cual era razonable que tuviera precios más bajos. Sin embargo, de forma sorprendente, los fiscales se despacharon con nueve audiencias de una acusación que no tuvo la menor relación con lo que se vio en el juicio. El fiscal Luciani y el presidente del Tribunal Oral, Rodrigo Giménez Uriburu, jugaban al fútbol en la quinta de Macri; el otro fiscal, Mola, también visitaba la Casa Rosada a entrevistarse con funcionarios de confianza del PRO. Y pese a que nunca se exhibió ni un mail ni un chat ni una instrucción de CFK respecto de las rutas de Santa Cruz, pese a que no hubo un solo testigo que haya incrimminado, a la ex presidenta, el clan de Comodoro PY dictó la condena.
Ahora el guión ya parece escrito: el nuevo capítulo se escenificará el 13 de noviembre.
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