Los votos a favor del veto de un diputado del dirigente petrolero, ahora gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal y de Pablo Ansaloni, ex sindicalista de la UATRE devenido en diputado libertario, y la ausencia del petrolero Jorge «Loma» Ávila posibilitaron la ratificación del veto a la Ley el Financiamiento de las Universidades Nacionales. Los apoyos «sindicales» a las fuerzas del cielo para el ajuste.
El presidente Javier Milei consiguió una nueva victoria en el Congreso al blindar su veto a la ley de financiamiento universitario. El Gobierno había rechazado la norma que actualizaba los salarios docentes y no docentes por inflación –retroactivo a enero y hasta diciembre- por considerar que ponía en riesgo el equilibrio fiscal, piedra fundamental del plan económico.
Tras varias semanas de tensiones con sus aliados y negociaciones frenéticas con gremios y gobernadores, los libertarios sumaron 85 votos en defensa del veto, mientras que la oposición apenas pudo sumar 160 para insistir con el proyecto original. Dado que la Cámara de Diputados necesita dos tercios de los presentes para rechazar un veto presidencial, las ausencias y las abstenciones jugaron un papel clave.
Los votos de extracción sindical surgieron de viejos conocidos. El primer caso es el de Pablo Ansaloni quien renovó su contrato de fidelidad con La Libertad Avanza y votó hoy en contra del rechazo al veto que ordenó el presidente Javier Milei a su tropa.
De inicios en el gremio de peones rurales UATRE, de la mano de Gerónimo «Momo» Venegas, Ansaloni viene de poner su votó afirmativo en general en la denominada Ley Bases, que entre otras cosas incluía una Reforma Laboral.
Ansaloni, con el respaldo del armado de Venegas, supo ser diputado nacional en 2017. Con la banca hizo una serie de enredos: fue macrista, «independiente» y pasó al Frente de Todos. Luego quedó a la intemperie.
En la vida gremial perdió su intento de conducir la UATRE en una elección contra José Voytenco y reapareció en la vida pública como candidato a diputado nacional de La Libertad Avanza, espacio al que le «vendió» la chapa del Partido FE, algo que ahora está siendo investigado.
En la UATRE, fue acusado de malversación de fondos y asociación ilícita, y expulsado del sindicato por haber desviado más de $ 10 millones de pesos a través de facturaciones irregulares, cuando administraba los fondos de la obra social (Osprera), una de las prestadoras médicas más grandes del país.
El otro voto en cuestión, que sorprendió hoy mismo, es el de José Luis Garrido de Por Santa Cruz, el partido provincial patagónico que responde al Gobernador de Santa Cruz y ex líder de los petroleros de esa provincia Claudio Vidal.
El detalle es que Garrido acompañó el veto mientras que su compañero de bloque, Sergio Acevedo, votó a favor de la ley de Financiamiento. Un juego articulado planeado a la perfección para aportar lo que hiciera falta.
Vidal, de relación con idas y vueltas con el Ejecutivo nacional, terminó siendo una pieza clave con una maniobra que le dio un empujón al Gobierno libertario para su victoria legislativa.
El tercero en discordia es el líder de los petroleros de Chubut, ahora integrante del Bloque Encuentro Federal en la Cámara de Diputados, Jorge «Loma» Ávila. El gremialista, que supo tener perfil combativo y ser un bastión de las protestas contra el Gobierno de Cristina Fernández, sorpresivamente no llegó a la sesión.
Según trascendió, el acuerdo entre Ávila y La Libertad Avanza para que el petrolero se ausente llegó a través del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, uno que amagó con ser combativo con Milei y terminó juntándole los votos al libertario.
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