El parate de la obra pública nacional es el principal motivo. A eso se le suman factores vinculados al encarecimiento de los costos de la construcción medidos en dólares. El sector quedó muy golpeado en términos de ocupación y todavía no logra recuperarse.
El freno a la obra pública es determinante para que el sector de la construcción haya caído en un profundo pozo recesivo desde el que no consigue emerger y los despachos de cemento, que acumulan 26,2% de retroceso en los diez primeros meses del año respecto del anterior, sigan por debajo del nivel de la pandemia.
El dato corresponde a las últimas estadísticas publicas por la Asociación de Fabricación de Cemento Portland (AFCP).
La repercusión en la mano de obra se siente y cómo: desde el CEPA mostraron que, en términos porcentuales, la construcción explica el 56,29% del total de despidos y suspensiones del año, mientras la industria acumula el 42,95% de los casos y los servicios el 0,76%.
En octubre último, la marca negativa fue 20% interanual. Venía de un setiembre del 18,4% de merma en el indicador, y del 18% de agosto, porcentajes relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec)–, la baja se siente en la venta de materiales e insumos. Fue la sexta caída en lo que va de 2024, informó la cámara de la industria.
El informe menciona que el registro de ese mes fue prácticamente similar al de 2010, superando desde entonces solo al de igual mes de 2012.
En los primeros 10 meses de 2024, se comercializaron 7.906.731 toneladas, cuando a esta altura de 2023 se habían despachado ya 10.714.784 toneladas.
El tercer trimestre cerró con un consumo promedio mensual de 905.305 toneladas, por debajo de las 939.128 toneladas del mismo período comparado con 2020.
La “magnitud” de la caída, siendo incluso mayor que la de 2020, año de la pandemia, junto a la extensión temporal de la disminución en los despachos a granel, está muy asociada a la relativa parálisis de las obras financiadas con fondos públicos a nivel nacional.
También el consumo de cemento sufrió una disminución interanual del 19,9% y tuvo un descenso mensual del 1,3%, de acuerdo a los datos de AFCP. En el acumulado, el derrumbe fue similar al de los despachos, del 26,3%.
“Como parte de la industria de la construcción, el sector cementero se encuentra atravesando un año complicado, con una caída respecto de 2023 cercana al 25%”, analizó Damián Altgelt, director ejecutivo de AFCP, consultado por Clarin.
El sector, sin embargo, confía en que las medidas de ordenamiento macroeconómico permitan superar pronto este período de transición y recuperar nuevamente los mayores niveles de actividad.
“En los últimos cuatro meses hemos estado en torno a las 900.000 toneladas, que claramente son niveles superiores a los muy deprimidos que tuvimos en la primera mitad del año”, comparó respecto de los primeros meses de 2024, que fueron los más duros, con pisos de 639.095 y 689.283 toneladas en marzo y febrero, respectivamente», señaló el ejecutivo.
Loma Negra, controlada por el grupo brasileño InterCement Trading e Inversiones Argentina S.L, que sigue negociando la venta de los activos en la Argentina, supedita sus próximos pasos a la evolución que tenga el sector. También están pendientes compañías como Holcim, Cementos Avellaneda y PCR.
Hace un mes, logró la extensión del contrato de concesión de Ferrosur Roca, considerado un activo relevante a la hora de fijar el valor final de la cementera.
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