SanCor vuelve a empezar con nueva administración, con la misión de sanear las cuentas, preservar los empleos y recuperar la producción

La histórica cooperativa SanCor, emblema de la industria láctea argentina, comienza el 2025 con sus plantas paralizadas y un panorama incierto. Sin medidas gremiales en curso, el desafío recae en la nueva administración encabezada por el ingeniero Oscar Sapino que ya se acercó al sindicato ATILRA para solicitar colaboración con miras a conservar las fuentes de trabajo.

 

 

SanCor, la emblemática cooperativa láctea argentina pasó de procesar más de cuatro millones de litros de leche diarios, a empezar el 2025 sumida en una profunda crisis: plantas paralizadas, una producción que ha caído a menos de 300.000 litros diarios, y un pasado reciente marcado por conflictos laborales y decisiones administrativas mínimo cuestionadas. Sin embargo, este año inicia con una nueva conducción encabezada por el ingeniero Oscar Sapino, quien reemplaza a Alberto Sánchez, el expresidente señalado por muchos como el principal responsable de la debacle.

En los últimos años, la cooperativa vendió numerosas plantas industriales, líneas de productos y marcas, sin que se esclarezca públicamente el destino de los ingresos obtenidos por estas operaciones. Mientras tanto, la conflictividad laboral alcanzó picos alarmantes debido a la falta de pago de salarios, con imágenes de fuerzas de seguridad dentro de las plantas que generaron indignación social y erosionaron la relación entre el Consejo de Administración y los trabajadores. En este contexto, Sapino asume con un perfil dialoguista y comprometido, buscando abrir caminos de negociación para salvar la empresa.

Una de las primeras medidas del nuevo presidente fue solicitar colaboración al Sindicato de Trabajadores de la Industria Láctea (ATILRA), liderado por Héctor “Etin” Ponce. Ambas partes coinciden en la necesidad urgente de conservar las fuentes de trabajo y destacaron la importancia estratégica de la Casa Central de la empresa, ubicada en Sunchales. Esta alianza podría ser clave para avanzar en soluciones concretas, después de que intentos previos, como la creación de un fideicomiso de rescate, fracasaran por decisiones de la anterior gestión.

Por otro lado, SanCor enfrenta un desafío crítico: atraer inversores dispuestos a reflotar la empresa. Según fuentes cercanas, actualmente se desarrollan rondas de negociación con interesados que exigen garantías legales claras respecto al pasivo de la cooperativa, una cuestión que el nuevo Consejo de Administración debe resolver con celeridad. La incertidumbre sobre el estado financiero de la empresa representa un obstáculo importante para cualquier plan de rescate.

Con un panorama económico adverso, Sapino encara una tarea marcada por la urgencia de garantizar la continuidad operativa y laboral de SanCor. El destino de una de las principales referencias de la industria láctea argentina dependerá de la capacidad de su nueva conducción para generar consensos, sanear las cuentas y recuperar la confianza tanto de los trabajadores como de los inversores.

 

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