Mal Rato: el hombre que pedía ajustes al país puede ir preso en España

Rodrigo Rato fue una estrella hace una década entre los economistas del mundo desarrollado y hoy puede ir preso en el marco de la investigación por la quiebra de un banco. Este hombre fue el conductor de la economía española entre 1996 y 2004, durante el gobierno del derechista José María Aznar; un período conocido en los mercados como el “milagro español”, debido a la estabilidad macroeconómica, altos niveles de empleo y crecimiento del poder adquisitivo de la población. Pero, a la vez, un modelo neoliberal cimentado en una burbuja inmobiliaria que explotó unos años después y que sumió al país ibérico en una de las peores y más prolongadas crisis.

Durante el gobierno de Aznar, Rato gozaba de un alto prestigio en la comunidad financiera internacional, lo que le valió la postulación a director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), cargo al que accedió en mayo de 2004. Néstor Kirchner llevaba en la presidencia argentina apenas un año y cargaba con un sinfín de inconvenientes socioeconómicos, además del pesado lastre de la deuda externa.

Rato, ex titular del FMI, está imputado en una causa sobre la investigación de la quiebra del banco Bankia.

Rato fue particularmente crítico de la política económica que la Argentina llevó a cabo durante aquellos años y, en cambio, proponía desde el FMI las viejas recetas de ajuste y de protección a las cuentas públicas y a la banca, inclusive a costa de la caída del nivel de empleo. Recetas que fracasaron en los 90 y que, en la actualidad, en países como la propia España o Grecia, no logran revertir la debacle, sino que la profundizan.

Contra lo que el gobierno esperaba, el economista español no cooperó desde su función con las necesidades financieras del país e impulsó una continuidad de los reclamos de la comunidad financiera internacional para que la Argentina solucionara el problema de la deuda. No habían pasado 48 horas de su asunción y en la primera aparición como director del FMI Rato intimó al Gobierno para que llegara a una solución final con los acreedores.

Rato, en aquellos días, formuló una declaración en la que definió claramente el perfil de policía del FMI en su relación con la Argentina. “El hecho de que el FMI pueda negarse a proporcionar asistencia financiera ayudaría a reforzar los incentivos para adoptar políticas adecuadas”, dijo. Es decir, el organismo podía negarse cuando quisiera a efectuar los desembolsos necesarios para equilibrar las cuentas públicas.

Protesta por España.
Protesta por España.

Así las cosas, en diciembre de 2005, Kirchner -con una economía en franco crecimiento- decidió romper la relación financiera con el FMI e impulsó el pago con reservas de toda la deuda que la Argentina tenía con el organismo (U$S 9.810 millones). Entonces De Rato aplaudió esa decisión, pero mantuvo sus críticas a la política económica argentina.

En octubre de 2007 Rodrigo Rato renunció al FMI por motivos personales, pero lo cierto es que ya venía siendo cuestionado por su desempeño. A Rato se le achacó no haber advertido -y no haber actuado en consecuencia desde el FMI- la formación de una burbuja inmobiliaria, que fue la que después desembocó en la mayor crisis financiera mundial desde la Gran Depresión (1929).

La semana pasada la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se refirió a Rodrigo Rato, de quien dijo: “Es quien nos dirigió parrafadas memorables contra la Argentina y su modelo de crecimiento. Críticas muy fuertes”.

La mandataria se refirió a Rato, en horas en que el economista español puede ir a la cárcel, imputado en una causa sobre la investigación de la quiebra del banco Bankia. Tras dejar el FMI, Rato se había dedicado a ser banquero en España y fue así como en diciembre de 2010 llegó a la presidencia de Bankia, una fusión de siete cajas regionales, que estaban en una complicada situación financiera, como consecuencia de la crisis.

Protesta por la crisis España.
Protesta por la crisis España.

En mayo, Rato renunció como presidente de Bankia, sin haber logrado que superara la crisis. Así es que ese mismo mes la entidad pasó a ser controlada por el Estado español.

El gobierno de Mariano Rajoy (compañero de gabinete de Rato durante la presidencia de Aznar) dispuso, con la ayuda de la Unión Europea, un muy cuestionado rescate de 23.500 millones de euros para Bankia.

Este mes, la Audiencia Nacional española imputó a Rato por malas prácticas en la gestión de Bankia junto con toda la cúpula directiva. A todos se los acusa de los delitos de estafa, falsedad ideológica y apropiación indebida, entre otros.

“Esto de que un ex director del FMI haya fundido un banco y antes les daba lecciones a todos los demás es notable… Pero además los corifeos locales, que aplaudían esas críticas que se le hacían a la Argentina y se ponían del lado de todo lo que fuera en contra de la Argentina…”, reflexionó la Presidenta.

“Los años nos dejan ver el entrevero y el brillo”, dice la letra de la milonga Para Jacinto Chiclana, escrita por Jorge Luis Borges. A Rato le aguardan horas difíciles.