Aunque la institución asegura que el beneficio se financia con fondos privados, la estrecha relación entre el fundador de Eseade, y el Presidente genera dudas sobre posibles conflictos de interés.
Javier Milei no quiere dejar atrás su etapa de influencer y continúa usando la investidura presidencial para promocionar negocios privados. Luego de “difundir” la multimillonaria estafa de $Libra, el Presidente se encuentra ahora en el centro de la polémica por autorizar el uso de su imagen para publicitar una beca de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (Eseade). A pesar de las posibles denuncias que le podrían caer por conflicto de intereses, el libertario aceptó ser parte de la campaña de esta universidad privada, que transmite ideales libertarios y está estrechamente ligada a su amigo y mentor Alberto Benegas Lynch, a quien define como un “prócer”.
Lanzada en febrero, la beca tiene como objetivo cubrir el 100 por ciento de los aranceles para estudiantes de grado y posgrado interesados en cursar carreras alineadas con los principios del liberalismo económico y la defensa de la propiedad privada, valores que Milei promueve desde el comienzo de su carrera política. La campaña fue impulsada por Eseade, que eligió nombrar a la beca “Presidencia de la Nación” en honor al presidente, destacando su afinidad ideológica con la universidad.
El visto bueno de Casa Rosada
Aunque no fue el mandatario quien lanzó la campaña, el respaldo institucional quedó claro. La universidad colocó afiches en la vía pública en diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires, destacando la imagen del libertario con la banda presidencial, junto al logo de la institución y un código QR para obtener más información. En estos carteles, se promocionaba una beca dirigida a estudiantes que buscan una educación de “excelencia”, alineada con los valores impulsados por el Presidente. La oferta universitaria, incluso, fue promocionada por Milei en sus propias redes sociales y utilizando el escudo de la Presidencia de la Nación.
La universidad sostiene que esta beca es una iniciativa privada, sin apoyo estatal. “No es un gasto para el Tesoro Nacional. No es un programa gubernamental ni tiene implicaciones para el Estado”, intentó justificar el profesor de Eseade, Juan Antonio Lázara. Sin embargo, la presencia de la figura presidencial en la promoción genera dudas sobre la verdadera intención de la institución. La cercanía con el presidente podría sugerir un intento de asociarse con su figura para atraer apoyo, lo que plantea interrogantes sobre el uso de recursos públicos y la posible utilización de esta campaña con fines políticos.
“Sigue confundiendo lo público y lo privado. Sigue haciendo sus negocios personales desde el Estado (el mismo al q amenaza destruir, pero en beneficio propio)”, indicó el abogado constitucionalista Roberto Gargarella y concluyó: “Deberían educarlo en la distinción público/privado a fuerza de sopapos judiciales, pero ya se sabe”.
En el mismo sentido se expresó el economista Roberto Cachanosky, quien fue docente en Eseade. “Milei como persona puede apoyar un negocio privado. Milei como presidente, entiendo que está usando un cargo público para que otros ganen dinero. Los abogados dirán si esto está encuadrado dentro de la ley o no”, señaló. Además, recordó que renunció a la cátedra que tenía en la universidad por un reconocimiento que le dieron al mandatario. “Comprobados los plagios de Milei en sus artículos y libros, opté por renunciar a mi cátedra de Eseade cuando le dieron el Honoris Causa. Decidí que no iba a prestar mi nombre a semejante farsa. Ahora veo que Eseade, que fue comprada por un grupo inversor, busca captar la atención del mercado educativo poniendo la imagen del presidente”, agregó.
El vínculo con Benegas Lynch y la controversia
Eseade, la universidad fundada por Alberto Benegas Lynch, se posiciona como uno de los principales bastiones del pensamiento liberal en el país. Sin embargo, resulta difícil pasar por alto que Milei permita que su imagen sea vinculada con una institución privada fundada por un amigo cercano, un admirador de su ideología. Este vínculo se ve reforzado por el hecho de que, en 2022, Milei fue distinguido con un Doctorado Honoris Causa por la misma universidad. La pregunta que surge es: ¿se trata de un apoyo genuino a la educación, o de un favorecimiento a una institución que, directa o indirectamente, se beneficia de la cercanía al poder?
La principal crítica se centra en que Milei utiliza su posición para impulsar una beca en una universidad con la que tiene no solo afinidades políticas, sino también personales. Para muchos, el hecho de que un presidente respalde públicamente a una institución alineada con sus principios pone en duda su imparcialidad. Más aún cuando se percibe que este tipo de apoyo podría favorecer a un sector privado, en detrimento de una educación accesible y equitativa para todos.
El episodio pone de manifiesto la cada vez más difusa línea entre lo público y lo privado en el gobierno de Milei. En lugar de implementar políticas que beneficien a la totalidad de la sociedad, se percibe un claro favorecimiento hacia unos pocos: aquellos que están más cerca del poder. Este panorama no solo pone en cuestión la equidad de las políticas públicas, sino que también genera inquietudes sobre el uso de recursos estatales para beneficiar a sectores privados que mantienen estrechos lazos con el oficialismo.
El antecedente $Libra
La publicidad de Eseade rememora, inevitablemente, el escándalo por criptoestafa que llevó a la figura de Milei a ser noticia en la prensa internacional (New York Times, Forbes y Wall Street Journal, entre otros) y a los tribunales de Estados Unidos y España. En Comodoro Py, la causa que investiga el fiscal Eduardo Taiano habla de estafa, cohecho, abuso de autoridad. A fuera del expediente quedó la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, quien recibió en Casa Rosada a los protagonistas de la maniobra y que es la encargada exclusiva de la agenda y las actividades del Presidente.
Distintos juristas indican que el caso podría abarcar el delito de negociaciones incompatibles con la función pública, dado que que Milei utilizó su investidura presidencial para que se hagan negocios -en este caso estafas- privados.
El nuevo escándalo por la promoción de la universidad privada podría tener elementos similares. El senador radical Pablo Blanco anticipó que presentará un pedido de informe informe para “esclarecer la situación”. “A simple vista, Milei vuelve a violar la Ley de Ética Pública”, advirtió. Se trata de la ley 25.188, que establece que “todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías” deben “abstenerse de usar las instalaciones y servicios del Estado para su beneficio particular o para el de sus familiares, allegados o personas ajenas a la función oficial, a fin de avalar o promover algún producto, servicio o empresa”. Una norma que para el Presidente parecería ser letra muerta.
Página|12