Para la Iglesia, el alquiler de vientres es “agraviante”

El presidente de la Comisión Episcopal, José María Arancedo, afirmó esta tarde que “resulta agraviante para la dignidad de la mujer y los hijos la posibilidad del alquiler de vientres” y dijo que “es posible que se convierta en una fuente más de desigualdad por la explotación con estos fines de las mujeres pobres”.

Arancedo expuso ante la Comisión Bicameral de Reforma del Código Civil durante diez minutos, en los que explicó los temas que critican los obispos católicos sobre el contenido de la iniciativa oficial.

“Esta figura desconoce el vínculo psicológico que se genera entre madre gestante y niño”, dijo sobre la subrogación de vientres.

El religioso objetó además la procreación asistida y expresó que “muchos países han limitado el uso de estas técnica restringiendo el acceso a ellas a los matrimonios formados por varón y mujer y prohibiendo la bioconservación de embriones”.

Además, señaló que “la persona existe desde la concepción” y explicó que “es una discriminación injusta que algunos seres en estado embrionario sean considerados personas, mientras que a otros se les niegue el estatus básico. ¿Cuál es el estatus jurídico de embriones humanos no implantados? Quedan en una situación de absoluta desprotección. Los dilemas de ellos no se solucionan desconociendo su dignidad”.

Por último, Arancedo dejó en claro que para la iglesia, “la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y mujer es un modo óptimo de crianza, es un valor, un bien de la humanidad”, y advirtió que si el nuevo código “dejara de cumplir esos deberes, el matrimonio se vaciaría”.