El gobierno de Alemania, la “locomotora europea”, admitió ayer que uno de cada cinco de sus ciudadanos, el 19,8%, vive en condiciones de pobreza o está al borde de la marginalidad social. Según la Destatis, la oficina federal de estadísticas y censos, esa quinta parte de la población no puede pagar el alquiler y las facturas de los servicios públicos, ni hacer una comida completa cada dos días o tener un momento de esparcimiento. La decadencia de la vieja Europa también quedó graficada ayer en España, cuando Cáritas señaló que en el curso de 2011 asistió a 200 mil personas más que en 2010, y que “la realidad de 2012 se muestra más dramática aún”.
Un 10% de la población acumula más de la mitad del total de bienes patrimoniales del país.
Destatis explicó que los alemanes pobres, o directamente indigentes, suman 16 millones, de los 82,6 millones de habitantes del país. Para establecer ese cálculo consideró el nivel de ingresos, el patrimonio familiar y la propia percepción de los afectados. La oficina de estadísticas fija en 952 euros mensuales (1235 dólares) el nivel de ingresos por debajo del cual una persona está amenazada de vivir en la pobreza o al borde de la marginalidad.