Sigue candente la pulseada en el Concejo de la Magistratura para destrabar el concurso 258 que debería designar, entre otros, al magistrado que debe fallar sobre la ley de medios. En los últimos días se sumaron condimentos: la aprobación en el Senado de la lista de conjueces para cubrir los juzgados vacantes, y el giro en la situación del consejero Ricardo Recondo. Él quedó complicado luego de que ocho jueces del fuero civil y comercial federal declararan, en la comisión de Disciplina del Consejo, que Recondo había designado al subrogante del Juzgado Federal Civil y Comercial número 1 con un sorteo manual. De ese sorteo había salido Raúl Tetamantti.
Para destrabarse, el concurso 258 precisa el respaldo de nueve miembros de los trece que tiene el Consejo de la Magistratura. Hay ocho que están dispuestos a aprobarlo y cinco que se oponen de modo monolítico. Son: Recondo, Oscar Aguad, Mario Cimadevilla, Alejandro Fargosi y Daniel Ostropolsky. Estos cinco miembros (los otros ocho también), tienen pertenencias, acuerdos y alianzas de carácter político. En el fragor de la pulseada nadie se ha detenido a describir esta trama, un análisis que contribuiría a entender el posicionamiento que tienen.
Los cinco Fantásticos: Mario Cimadevilla; Oscar Aguad; Daniel Ostropolsky; Ricardo Recondo; Alejandro Fargosi.
Recondo. Corría el año 1977 y la dictadura militar desplegaba su plan de exterminio por todo el territorio nacional. El abogado Ricardo Gustavo Recondo llegaba a ocupar su primer cargo en el Poder Judicial, según indica su propio currículum colgado en el sitio web de la Magistratura. Fue nombrado secretario letrado de la Corte Suprema de Justicia, un rol que no consiste en servir café, sino en trabajar codo a codo con los ministros de la Corte. Eran los ministros que había puesto la dictadura en la cima del Poder Judicial. Recondo estuvo en ese cargo hasta 1984, momento en el que pasó a ser juez en el ámbito de la Ciudad.
Dos años después, el abogado ingresó en un lugar central del poder político, como subsecretario de Justicia de la Nación, nombrado por el ex presidente Raúl Alfonsín. El abogado quedó en el centro de la articulación de un proceso clave. Luego de asumir en 1983, el gobierno democrático había puesto en comisión a casi todos los funcionarios del Poder Judicial nacional, en especial los jueces. Se había dispuesto la revisión de los expedientes para ir confirmándolos o rechazándolos en sus puestos. Ese proceso había avanzado pero aún seguía adelante cuando Recondo llegó a la Subsecretaría. Él fue el encargado de articular los acuerdos que se hicieron con el partido Justicialista, que también quería la confirmación de varios funcionarios judiciales.