La Corte Suprema de Justicia envió ayer un mensaje conciliador y bajó el tono a la controversia surgida en los últimos meses por los roces con el Poder Ejecutivo, al dar su aval a los proyectos para la democratización de la justicia anunciados por la presidenta Cristina Fernández. De todas formas, el máximo tribunal evitó expedirse sobre la iniciativa para elegir por voto popular a los representantes del Consejo de la Magistratura, encargados de la selección y remoción de jueces. En ese marco, la Corte admitió su competencia y voluntad de “resolver” el beneficio que excluye al Poder Judicial del Impuesto a las Ganancias “lo más pronto posible” (ver aparte). Los jueces también se encargaron de aclarar que “no hay ninguna guerra con el Poder Ejecutivo”.
Fuentes cercanas a la Corte informaron que, en un plenario en el que estuvieron presentes sus siete miembros, se discutieron las propuestas que serán impulsadas por el gobierno con el objetivo de introducir reformas en la justicia y que fueran anunciadas por la mandataria ante la Asamblea Legislativa. En rigor, se trata de un aval tácito antes que explícito. El tribunal no se opondrá a ninguna iniciativa y evitará pronunciarse sobre la más controversial: la reforma en la elección de los miembros del Consejo de la Magistratura.
“El Consejo hará lo que el Congreso crea conveniente”, se apuraron a sentenciar desde la Corte, a la vez que anticiparon que ninguno de sus miembros “va a opinar” sobre esa cuestión.
De todas formas, la parálisis en la actividad del cuerpo fue un diagnóstico compartido, al igual que la necesidad de destrabarlo. “No nos parecen mal las reformas”, deslizaron, aunque remarcaron: “Hay cosas que ya las implementamos”.