El papa Francisco hizo hoy un llamamiento para que en la península coreana se superen las divergencias “y se madure un renovado espíritu de reconciliación”.
En su Mensaje Pascual, el pontífice también pidió paz para Siria, para su población afectada por el conflicto y para los miles de refugiados que están esperando ayuda y consuelo.
Asimismo, pidió que se termine con la violencia entre palestinos e israelíes, que lleva muchos años de disputa.
El mensaje de Francisco se produjo horas después de que Corea del Norte le declarara la guerra a su vecina Corea del Sur y advirtiera con ataques a los Estados Unidos.
El papa denunció en su primer mensaje de Pascua, leído desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, que la avaricia trae
consigo la trata de seres humanos, la violencia en las guerras del narcotráfico y la explotación de los recursos naturales.
El Papa pidió por la paz
“¡Paz para la Tierra!”, exclamó Francisco, quien pidió a Dios que transforme la guerra en paz y la venganza en perdón. El nuevo
pontífice reclamó sobre todo paz entre los israelíes y los palestinos y para “la apreciada nación siria, su población golpeada por los enfrentamientos y para los muchos refugiados”.
Francisco se preguntó “cuánta sangre se ha derramado y cuánto más sufrimiento va a ser necesario” para que se encuentre una solución política a la crisis.
El jefe de la Iglesia católica se refirió también a otros países que atraviesan sangrientos conflictos como Nigeria, el Congo y la
República Centroafricana. Para Asia expresó la esperanza de que surja un nuevo espíritu coreano de reconciliación.
La resurrección de Jesús “significa que el amor de Dios es más fuerte que el mal o que la propia muerte, significa que el amor de
Dios puede transformar nuestras vidas y hacer que florezcan los lugares desérticos en nuestros corazones”, afirmó el papa argentino.
“Jesús resucitado lleva el consuelo a las víctimas de catástrofes naturales y nos convierte en guardianes responsables de la creación”, señaló el sucesor de Benedict XVI.
Una multitud jubilosa había aclamado al nuevo pontífice cuando este se dirigía en la mañana de hoy al altar para celebrar la misa de Pascua, durante la cual el papa no pronunció un sermón. La Plaza de San Pedro estaba adornada con decenas de miles de flores holandesas.
Al igual que en todas sus apariciones públicas anteriores, Francisco lucía una sencilla vestimenta blanca. Y al término de la
misa dio una vuelta en el jeep papal para saludar a la multitud congregada en la plaza.