El papa Francisco dijo hoy que en la crisis económica que atraviesa el mundo “los propios seres humanos son considerados como bienes de consumo que pueden ser utilizados y desechados” y, ante esa situación, pidió una reforma financiera ética y a favor de los más desfavorecidos.
El papa pronunció un discurso ante cuatro embajadores que presentaron sus cartas credenciales y ante los que por primera vez abordó la crisis financiera y se centró en las causas y consecuencias.
“Incluso en los llamados países ricos, la alegría de la vida es cada vez menor, la indecencia y la violencia van en aumento, la pobreza es cada vez más evidente y “la gente tiene que luchar para vivir y, con frecuencia, vivir de una manera indigna Nuestra relación con el dinero, y nuestra aceptación de su poder sobre nosotros mismos y de nuestra sociedad es una de las causas de esta situación”, cuestionó Francisco al capitalismo de la actualidad.
“El origen último -de la crisis financiera- está en una profunda crisis humana”, agregó.
“En circunstancias como éstas, la solidaridad, que es la riqueza de los pobres, a menudo se considera contraproducente, porque se opone a la lógica de las finanzas y de la economía. Mientras las rentas de una minoría crecen de manera exponencial, los de la mayoría se debilita”, continuó su proclama contra la el sistema económico reinante.
“Este desequilibrio viene de las ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera, y por tanto niegan el derecho de control de los estados, encargados de salvaguardar el bien común”, cuestionó ya sin dejar lugar a dudas la economía neoliberal.
El papa argentino agregó que se ha instaurado una nueva tiranía, a veces invisible, a veces virtual, que impone de forma unilateral y sin remedio sus propias leyes y reglas. Por otra parte, -explicó- el endeudamiento y el crédito alejan a los países de su economía real y a los ciudadanos de su poder de compra.
A ello se suma, sostuvo Francisco, la corrupción generalizada y la evasión fiscal egoísta, que han adquirido enormes dimensiones en todo el mundo. “Oculto detrás de esta actitud hay un rechazo de la ética, el rechazo de Dios”, refirió el pontífice. “La ética, al igual que la solidaridad, también molesta, se considera contraproducente; demasiado humana, porque relativiza el dinero y el poder; se ve como una amenaza, porque rechaza la manipulación y el sometimiento de la persona”, afirmó.
Dios es considerado por estos financieros, economistas y políticos, como no manejable, incluso peligroso, ya que llama al hombre a su plena realización y a la independencia de cualquier tipo de esclavitud, indicó el papa argentino.
La ética -una ética no ideológica, naturalmente- permite, en opinión del papa, crear un equilibrio y un orden social más humano.
El papa animó a los expertos financieros y a los líderes gubernamentales de sus países a considerar las palabras de San Juan Crisóstomo: “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles sus vidas”. E instó a los embajadores a realizar una reforma financiera que sea ética y, a su vez que comporte una reforma económica saludable para todos.Y clamó: “¡El dinero debe servir y no gobernar!. El papa ama a todos, ricos y pobres; pero el papa tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promoverlos”.