Apenas unos pocos deben saber su verdadero nombre. La justicia lo conoce como Gustavo Javier Arín o Mariano Raúl Agro, aunque en las cárceles es conocido como “El Pelado”, “El Diez” o hasta “Maradona”, por su destreza con la pelota. Incluso, hay quienes dicen que lo apodaron así por su presunta habilidad en darle puntapiés a la cabeza de un preso en el trágico motín de Sierra Chica de 1996. Lo cierto es que la banda del Pelado cayó detenida el 20 de junio y fue anunciada por el Ministerio de Seguridad Bonaerense como un gran golpe a la delincuencia. Lo que omitieron informar es que el sospechoso supo trabajar para la Bonaerense y hasta quedó en medio de una interna policial en Morón, cuando agentes de dos comisarías se disputaban a los buchones y los botines de los robos.
Paradójicamente, a Néstor Godoy le dicen “Diente”, pero le faltan tres piezas de la parte delantera. Mide 1,70, es flaco y moreno. Quien era servicio de calle de Castelar norte, Carlos Alfredo “El Chino” Maciel, lo apodó a Godoy como “El Uruguayo” porque había nacido del otro lado del Río de La Plata.
En el 2006, el Uruguayo y el Pelado eran remiseros de la Agencia Iara, en Morón, donde los agentes de Castelar sur (Morón III) solían calentar la comida.