Boca festejó en el último minuto y se prende arriba

Boca ganó un partido para el infarto y se acerca a la punta.
Boca ganó un partido para el infarto y se acerca a la punta.
El nene, de unos 12 o 13 años, gritó desaforadamente el gol del Cata. El del triunfo de Boca. El pitazo final de Darío Herrera lo fundió en un abrazo con su padre, que le acarició la cabeza, como diciéndole: “sabés hijo, por cuántos sufrimientos como este pasé yo por Boca…” Miraron juntos como se apiñaban los jugadores en el medio del campo de juego. Cantaron por los dos puntos que separa hoy a su equipo del puntero Newell’s. Se sentaron minutos después, y el chiquilín, tratando de hacer un análisis, lanzó resoplando, como desinflándose por haber vivido 90 minutos intensos de fútbol: “Menos mal que le echaron a ese Pérez García, si no…”
 
En este deporte, claro que sí, como en la vida misma, hay “futurismo” –o mejor dicho hay ciertas personas que intentan hacerlo– pero la bola de cristal sólo existe en los cuentos de brujas. Es por eso que el fútbol sigue siendo el deporte más hermoso del mundo. Nadie tiene la precisa hasta el último momento. Nadie sabe qué hubiese pasado si el creador de Tigre no se iba expulsado. Quizá Boca lo hubiera empatado de todas maneras. Quizás el elenco de Victoria metía uno o dos goles más. Todas son hipótesis.
De todas formas hay que remarcar que la ida a las duchas del “10” visitante antes de término, por doble amarilla, la primera quizás injusta, la segunda acertada, influyó al menos en el juego de su equipo. El volante, hasta los siete del complemento, con su velocidad estaba volviendo loca a la defensa xeneize. Su equipo se basaba en su rapidez para mantener maniatado al dueño de casa. Después todo cambió. Y el pueblo boquense festejó.
El conjunto que comanda Carlos Bianchi derrotó 2-1 a Tigre, dio vuelta el resultado en los últimos nueve minutos de partido y quedó a sólo dos unidades de los leprosos. Esto, desde lo meramente resultadista no tiene discusión. Ahora, si se analiza fríamente el juego, no se puede pasar por alto que Boca volvió a jugar mal, no tiene una identidad de juego y le falta fútbol, con Riquelme dentro de la cancha y todo. Pero, eso poco puede importarle al pibe, a su padre y a los miles de almas bosteras que se ilusionan con el campeonato. Es que en un torneo tan irregular todo puede pasar. Y eso lo sabe el pueblo azul y oro.
La tarde arrancó torcida para el Xeneize, ya que su rival se puso 1 a 0, tras un gol en contra del Chiqui Pérez. Antes y después, siempre en el primer tiempo, el dueño de casa tenía la pelota, pero carecía de profundidad, ya que, tanto Román, como el otro enganche, Paredes, tuvieron pocas luces para administrar el juego. Lo mejor que saben hacer estos dos futbolistas. Mientras tanto la defensa sufría cada vez que Tigre le metía un pelotazo.
En el segundo tiempo los nervios de Boca fueron en aumento. Muchos jugadores de tres cuartos de cancha hacia delante, pero nada de sorpresa. Los centros fueron la única arma que esgrimió el elenco de La Ribera. Y ese ir incesante del local tuvo mucho que ver con el repliegue del Matador, ya que con diez jugadores, apostó a cuidar su quintita y aguantar a que llegara el final. Con el campo a favor, Bianchi puso cinco delanteros, más los dos enganches, en un intento desesperado por empatar el encuentro.
Lo ganó porque Paredes la embocó desde afuera y porque el Cata mandó a guardar un exquisito centro ejecutado por el “Diez”. El sueño está más intacto que nunca y, aunque este Boca debe mejorar, al hincha xeneize sólo le importa ver a su equipo con 27 puntos a tiro de Newell’s. Y en este torneo parejo, para abajo,  ¿por qué Boca no puede ser campeón, a pesar de no jugar bien?
10 GOLES TIENE EL CATA EN BOCA. EN ESTA SEGUNDA ETAPA YA METIÓ TRES.
5 GOLES EN PRIMERA TIENE PAREDES.  EL ÚLTIMO LO HIZO HACE UN AÑO.
1 GOL DE VISITANTE TIENE TIGRE, Y LO HIZO EL CHIQUI PÉREZ…
COMENTARIO
Boca mereció ganar porque lo buscó durante todo el partido. Sólo por eso, que no es poco. Tigre encontró la ventaja y se refugió a conservarla. Se desgastó en ello y finalmente no la pudo aguantar. Pero su rival se mostró impotente hasta unos segundos antes del final. Su entrenador se jugó el todo por el todo y agregó jugadores ofensivos hasta el mismo final del partido. Pero no lograba hallar la fórmula. Un zapatazo preciso de Paredes y un cabezazo del Cata Díaz lograron mantener al equipo con ilusión de seguir en la pelea.
LA FIGURA

Daniel Díaz. Salvó la ropa en una defensa insoportablemente desprolija y con errores continuos. Y además, en tiempo de descuento puso el cabezazo preciso para el triunfo de Boca que unos minutos antes era inimaginable.