Así se expresó el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, quien rechazó hoy la modalidad de los linchamientos como reacción ante la ola de delitos.
El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, rechazó hoy la modalidad de los linchamientos como reacción ante la ola de delitos. “En un Estado de derecho el camino a transitar es el acudir a las instituciones que corresponde. Si es ‘por mano propia’ no es justicia, debemos ser claros”, aseveró.
Los linchamientos no son “una reacción lógica sino emocional y con un serio componente de irracionalidad. Lo lógico o adecuado es acudir a las autoridades correspondientes. Son buenas para canalizar inquietudes las movilizaciones de vecinos, pero esto no”, agregó en declaraciones a DyN.
Lozano aseguró que “no hay una sola causa, sino que concurren varias situaciones que derivan en estos hechos de violencia” y citó entre otros “el cansancio o hartazgo ante lo reiterado de los robos y asesinatos sin que se cuente con respuesta desde la justicia y las fuerzas de seguridad”.
Tras afirmar que algunos barrios o calles se los identifica como “zonas liberadas” para el delito, lamentó que se valore “más la propiedad robada o por serlo que la vida del presunto delincuente, y digo presunto porque algunos de los que participaron de la agresión lo deducen por los dichos de otros”.
El prelado criticó que en casos los vecinos actúen como “patota”, al afirmar que “al estar en grupo se potencia la bronca y todos aportan más violencia en lugar de poner racionalidad”, y añadió: “Se refugian en lo grupal para sacar lo peor de cada uno”.
El responsable de la Pastoral Social reconoció que “todos somos responsables de esta situación, aunque en grados diversos” y, tras asegurar que los pobres también son víctimas del delito, planteó la necesidad de tomar en cuenta las investigaciones acerca “de presos que son ‘contratados’ por fuerzas de seguridad para salir a delinquir”.
Esta es una aberración que no es denunciada y sancionada como corresponde, y que influye en la falta de credibilidad de la gente hacia las fuerzas de seguridad, el sistema carcelario y la justicia”, precisó.
Lozano también expresó su preocupación ante lo que consideró la “naturalización” o “acostumbramiento” a los hechos violentos o agresiones a la integridad física y moral de las personas, y explicitó: “Que haya gente viviendo en las calles es violencia, niños desnutridos es violencia, niños limpiando vidrios en los semáforos es violencia, dificultades de la salud es violencia”.