Su nombre es Marcelo Oscar Dorigón. Los trabajadores de la empresa Liliana SRL denunciaron que el directivo que boicoteó distintos reclamos gremiales es el mismo que en 1982 ordenó torturar en las islas, cuando revistaba como subteniente. El testimonio brindado por un ex conscripto.
Los trabajadores de la fábrica rosarina de electrodomésticos Liliana denunciaron que Marcelo Oscar Dorigón, actual gerente de Recursos Humanos de la empresa, es el mismo que en 1982 ordenó torturar a soldados argentinos en las Islas Malvinas. Dorigón es capitán retirado, y en aquellos tiempos fue destinado al conflicto bélico con el grado de subteniente. Participó en los combates de Dos Hermanas y Tumbledown con una sección de Tiradores agregada a la Compañía B del Regimiento de Infantería Nº 6 “General Lamadrid”.
Según su propio perfil publicado en Internet, ingresó al Ejército en febrero de 1976 y se retiró en 1992 como capitán de la Escuela Superior de Guerra. Durante su carrera militar formó parte de distintas unidades de Infantería en Corrientes, Misiones y Catamarca. Además, fue jefe de Compañía en Campo de Mayo.
En febrero de este año, el personal de Liliana organizó diversas asambleas y movilizaciones para exigir la reincorporación de doce trabajadores y delegados despedidos. Incluso el Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe, junto con la delegación de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), habían apoyado el reclamo. Pero la convocatoria no pudo llevarse a cabo. Los operarios manifestaron que la oficina de Recursos en manos de Dorigón, “junto con personal de seguridad y psicólogos montaron un operativo sobre la ruta para parar a todos los trabajadores y obligarlos a conducirse hacia otra planta donde no realizan sus tareas”.
Además de romper la asamblea, los delegados agregaron que el objetivo de los directivos apuntaba a amedrentar a los huelguistas “con la presencia del conjunto de la gerencia, escribanos, personal de seguridad y filmaciones”. En una asamblea improvisada en la puerta de la empresa, “donde el apoyo a la lucha por la reincorporación de los despedidos fue unánime”, los trabajadores señalaron al ex militar como el organizador de la maniobra, y recordaron que “está imputado bajo la acusación de haber enviado a torturar a un soldado combatiente de Malvinas”.
En 2007, un grupo de ex combatientes presentó en el juzgado federal de Río Grande, Tierra del Fuego, una denuncia contra sus superiores –oficiales y suboficiales– por haber sido víctimas de violaciones a los Derechos Humanos en las Islas. El esqueleto de esa causa judicial, que hoy apunta a casi un centenar de genocidas identificados, fue una querella colectiva de ex soldados correntinos representados por el entonces secretario de Derechos Humanos de la provincia, Pablo Vassel. En uno de aquellos testimonios, que Tiempo Argentino publica en exclusiva (ver recuadro), Ángel Aníbal Ramírez relató que el subteniente Dorigón ordenó estaquear a un soldado chaqueño durante cinco horas por “hacer arder las tierras con unas ramas” para comer una oveja semicruda.
Ramírez nació en Esquina, Corrientes, y estuvo asignado como conscripto en el Regimiento de Infantería Nº 12 de Mercedes. Al estallar la guerra combatió en Darwin y en Puerto Argentino, y por orden de los superiores, era el encargado de guardar a sus compañeros muertos en grandes bolsas, “tipo un cajón, pero con cierre”. En la entrevista que Vassel le realizó, filmada y cuya desgrabación textual figura en la causa, Ramírez agrega que “yo después de largo tiempo conté, cuando me tocó juntar, mis hermanos que quedaron en Malvinas, tanto ingleses como argentinos, meterle en la misma bolsa, como si fuera un cajón con cierre. Hacer un pozo y enterrarle todo junto ahí (sic), a veces eran tres o cuatro bultos, es como si yo agarro una valija, meté tanta ropa, me voy de viaje, ese no de viaje, era de viaje eterno.”
El expediente, nutrido con el aporte de unos cien ex combatientes que denuncian crímenes y diferentes tipos de tortura –compañeros estaqueados, castigo físico y psicológico, falta de comida, simulacros de fusilamiento, golpes y soldados atados desnudos a la intemperie con temperaturas bajo cero– llegó a la Cámara de Casación Penal, que rechazó el planteo y declaró los hechos de Malvinas como prescriptos. En marzo de 2012, el Centro de ex Combatientes de La Plata (CECIM) presentó un recurso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que el tribunal declare esos delitos como de lesa humanidad, pedido que todavía espera resolución.
Después de abandonar el Ejército, Dorigón pudo reciclarse en áreas de Recursos Humanos de empresas privadas. En su currículum destaca habilidades en “gestión integral de empresas, cumpliendo los objetivos operativos impuestos con mucha capacidad negociadora en aspectos comerciales y gremiales”. Fue gerente en la cadena Coto y tuvo a cargo 750 personas en la empresa Centinela de Seguridad Privada, donde le confiaron “la reorganización del área de Operaciones”.
“El subteniente dorigón mandaba a estaquear”
La siguiente es una síntesis del diálogo que Pablo Vassel mantuvo con el entonces soldado Angel Ramírez. El testimonio integra la querella contra efectivos argentinos acusados de torturar a ex combatientes en Malvinas.
–¿Al mando de quién estabas ahí?
–Subteniente Dorigón. Ahora no sé si sigue ahí o si no. Puede haber un apellido Dorigón. Sargento primero García, García hay muchos. Cabo Oloarda. Cabo primero, era un morocho, no me acuerdo. Monzón, teniente primero Elía.
–Todos ellos estuvieron con vos en Darwin.
–Primero estuvimos en el Ejército y después estuvimos en Darwin, y el cabo Lobarda, o algo así.
–¿El trato de estos superiores hacia vos y tus camaradas cómo era? ¿Hubo algún hecho excepcional?
–Cómo le puedo explicar, nosotros vivíamos haciendo guardia, del norte al este, del este al norte, del sur al oeste, yo no tengo estudios pero más o menos me acuerdo de lo que hacíamos. A mí no me tocó que me traten así, pero he visto por compañeros míos, los pateaban.
–Hay camaradas tuyos que contaron que hubo falta de comida por varios días.
–No, meses. A mí me tocó meses. Comíamos oveja cruda, carneábamos y la hacíamos a la llama. Usted sabe que la tierra en las Islas Malvinas, es como el carbón, es una tierra negra, vos hacés un pozo, un fuego, y es todo petróleo, arde eso. Nosotros comíamos la oveja a la llama, comíamos medio crudo y cocido.
–Ustedes sacaban las ovejas…
–Ellos tenían de chapa de zinc, tanto el techo como los costados, 100 kilómetros donde resguardaban las ovejas a la noche, el corral, era ancho y largo y tenían moto, moto tipo de triciclo, de mucha fuerza, de velocidad, ellos recorrían miles y miles de ovejas con dos motos, uno en cada punta. Teníamos hambre nosotros.
–¿Alguno de tus compañeros fue sancionado por hacer esto, comer ovejas?
–No, porque éramos muy inteligentes en tratar de que ellos no nos vean, nuestros mismos compatriotas argentinos, oficial, suboficial. Lo hacíamos como le llaman el cuatrerismo, pero no era cuatrerismo, era por hambre.
–¿Algún compañero tuyo fue sancionado por hacer esto?
–No, yo no fui sancionado.
–¿Algún camarada tuyo?
–Sí, yo vi.
–¿Qué viste vos?
–Lo estaquearon.
–¿Sabés cómo se llama tu compañero estaqueado o de qué lugar era?
–Me deja pensar dos minutos le puedo decir. Chaqueño, de Quitilipi.
–¿Cuánto tiempo estuvo estaqueado tu camarada chaqueño?
–En ese frío, habrá sido de las nueve de la mañana a la una de la tarde.
–El que hizo eso, ¿fue un sargento, un cabo, un oficial de los que nombraste?
–Giachino estaba también por ahí. El que hizo eso fue Dorigón, era subteniente, tiene una estrella acá, el teniente tiene dos, el teniente primero tiene tres. Ese subteniente Dorigón cuando yo hice la colimba, que salí a los siete u ocho meses por orden de mérito, yo era el ayudante de él, en el regimiento, yo iba, buscaba la comida en el Casino de Oficiales, le limpiaba la pieza. Cuando estábamos de civil como usted, conversábamos como usted, dentro del Ejército. Para eso le pagan, para respetar y ser respetado.
–Ahí el subteniente Dorigón es quien ordenó estaquear a tu camarada.
–Él no me dijo a mí, pero yo vi, póngale que este señor, ellos no te van a llamar delante a vos y le van a decir estaqueale a aquel, pero hay oídos finos que escuchan. Como yo era del regimiento ya que siempre lo atendía a él que era soltero, que vivía en el regimiento, en la pieza de los oficiales, era el subteniente Dorigón, y después de las Malvinas, qué cargo le habrán dado. De eso yo vi en las Malvinas, era un flaco alto, un tipo muy intelectual y mandaba a estaquear y mandó a estaquear.
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