El Sumo Pontífice se comunicó con el embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, y le confirmó la veracidad de la misiva. Cuestionó a quienes quisieron “sacar agua de la tierra árida para generar conflictos”.
Y de pronto todas las miradas giraron hacia Roma. Cuando el escándalo generado por la presunta carta falsa parecía comprometer a la Nunciatura o a la Casa Rosada, el Vaticano despejó las dudas. El texto dirigido por el Papa a la presidenta, un saludo protocolar por el 25 de mayo, era verídico. La confirmación de la veracidad del documento fue transmitida por las más altas autoridades de la Santa Sede. Hasta el propio Francisco se comunicó telefónicamente con el embajador argentino en el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, para ratificarle la autenticidad de la –ya famosa– carta.
La aclaración final del episodio, en la que se involucró el propio Pontífice mientras se definían los últimos detalles de su visita de tres días a Israel, hizo que las miradas se concentraran en Roma. Más precisamente en uno de los colaboradores más estrechos de Francisco: el director del protocolo vaticano, el sacerdote argentino Guillermo Karcher.
Residente en el Vaticano desde hace años, Karcher quedó expuesto por las aclaraciones oficiales del Papa –quien autorizó a Cafiero a difundir la conversación telefónica–, y del nuncio apostólico en Buenos Aires, el suizo Emil Paul Tscherrig. Ayer por la mañana, tras una jornada en la que fue buscado por todos los medios de Buenos Aires, Tscherrig ofreció sus explicaciones desde la puerta de la Nunciatura, sobre la Avenida Alvear al 1600, Recoleta. “Esto es una confusión, que no viene de esta casa, de esta Nunciatura”, aseguró para deslindar responsabilidades. Y también remarcó que la carta de salutación por el 25 de mayo “es verdadera, nunca fue falsa”. El episodio, para felicidad de algunos medios y sectores opositores, inicialmente pareció salpicar al gobierno. Sin embargo, para disgusto de esos mismos sectores, el bochorno –por las denuncias y desmentidas posteriores– tuvo su origen en los pasillos del Vaticano.
La actuación de Karcher quedó bajo la lupa porque, conviene recordarlo, el incidente sobre la carta falsamente desmentida comenzó con un diálogo al aire con el periodista Federico Vals. Especializado en temas eclesiásticos, ex vocero de Jorge Bergoglio en el arzobispado de Buenos Aires, Vals entrevistó a Karcher desde la pantalla del canal de noticias C5N. Durante esa charla, el responsable del protocolo de la Santa Sede afirmó que la carta difundida por la Casa Rosada era “falsa”, la describió como un “collage” hecho por “un artista” y sembró sospechas sobre la intencionalidad de quien la había hecho pública. “En mi lenguaje, esto fue hecho con mala leche”, llegó a decir Karcher en un tono poco frecuente para un comunicador del Vaticano. Ayer a primera hora, menos de 24 horas después de aquellas declaraciones, dijo algo muy distinto.
“Es un telegrama oficial. Como carta personal me parecía que no había que interpretarla así, pero ahora queda aclarado. Por eso hoy rectifico y lo hago con mucha honestidad. Es oficial, así que ya está”, señaló Karcher e intentó dar por cerrado el incidente. También explicó por qué usó la expresión ‘mala leche’, a la que reconoció como “un exabrupto”. “Lo que quise decir es que faltó el estilo”, se excusó. Se refería a la pésima redacción de la carta que llegó desde la nunciatura hasta las instalaciones de la Secretaría de Culto, en el piso 9º del Anexo de Cancillería. Además, al apelar a la palabra ‘telegrama’, Karcher diferenció entre las cartas personales y los despachos codificados que se suelen enviar desde la Secretaría de Estado, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Vaticano.
UNA VOZ EN EL TELÉFONO. La intriga por la carta falsa, que con la película completa puede calificarse como la trama de la carta falsamente desmentida, comenzó a esclarecerse con un llamado telefónico. A las 4:30 de la madrugada de la Argentina (9:30 en Italia), el propio Francisco se comunicó con el embajador Cafiero para poner toda su autoridad en la resolución definitiva del incidente. “El Santo Padre se ha comunicado telefónicamente conmigo (…) y de manera oficial me ha manifestado que la carta de augurios dirigida a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al pueblo argentino, con motivo de celebrarse la fecha patria el 25 de mayo próximo, es auténtica y se corresponde con los telegramas que suelen enviar a otras naciones cuando celebran sus fechas patrias. El Santo Padre se lamentó por los que sembraron dudas de la autenticidad de la carta y se manifestó molesto con algunos medios ‘que quisieron sacar agua de la tierra árida para generar conflictos, sin tener el rigor de informar con la verdad a la sociedad'”, relató luego Cafiero a través de un comunicado.
El texto enviado por el embajador argentino ante la Santa Sede fue leído en la Sala de Conferencias de la Casa Rosada por el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. En la nota escrita por Cafiero se deja constancia que Francisco, expresamente, solicitó al funcionario que “hiciera pública” la conversación que mantuvieron. “(El Papa) me reiteró su afectuoso saludo al país, y a la señora Presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner”, contó Cafiero en el comunicado. El gesto de incorporar un saludo especial a la jefa de Estado, más su decisión de involucrarse personalmente en la aclaración del incidente, reflejaron la prioridad que el Papa quiere darle a su relación con la mandataria. Estas señales se deben sumar a la nota de opinión que publicó en el diario Página/12 el arzobispo y rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), Víctor Manuel Fernández. En dicha columna, Fernández cuestionó la “clave falsa de lectura” con la que ciertos medios de comunicación habían “mutilado” el documento emitido por los obispos tras el plenario de la Conferencia Episcopal.
La resolución del cortocircuito generado por el equívoco en torno a la carta del Papa permitirá descomprimir un escenario dinámico, con antecedentes de cierta tensión, en la relación entre el gobierno y la jerarquía eclesiástica local.
Ayer, en las reuniones en la quinta de Olivos, primaba el alivio y la sensación de haber atravesado con éxito un episodio al menos raro. Entre los laicos argentinos que se consideran allegados de confianza de Francisco, el incidente demuestra que tanto en la Argentina como en el Vaticano –y quizá también en terceros países– hay intereses que quieren poner obstáculos ante la vocación de cambio que viene mostrando el Papa.
Por cambio se refieren, sobre todo, a la prédica de Francisco ante la crisis económica en Europa, con mega-desocupación juvenil, o a los problemas de la inmigración y la acción de las potencias.
Además, en el ámbito doméstico, la sintonía entre Francisco y Cristina parece ser un asunto revulsivo para ciertas autoridades de la Iglesia.
Estos antecedentes pronostican un Tedeum más tranquilo que el que podría haber tenido lugar si el episodio de la carta falsa no tenía una explicación. Ayer, para ir generando clima y en plena cuenta regresiva por el acto del 25 de mayo, la Casa Rosada difundió las cartas de salutación que hicieron llegar los jefes de Estado de México, Estados Unidos, Cuba, Egipto, Arabia Saudita, China y Rusia.
Si en el gobierno creen que el incidente no tendrá costo para la presidenta, distinta es la evaluación para los hombres de la Iglesia cercanos a Francisco. Nadie podrá revertir el bochorno con frases que se contradicen, denuncias refutadas, un episodio que incomodó al Vaticano justo cuando el Papa está a punto de embarcarse en su viaje a Israel, el más importante desde que comenzó el pontificado.
“El mundo está observando el viaje del Papa a Israel y a Palestina, mientras los responsables del protocolo y ceremonial del Vaticano han logrado que el diario La Stampa de Italia hable del jueves negro para la diplomacia de la Santa Sede”, se lamentó el ex jefe de Gabinete de Cancillería, Eduardo Valdés, en diálogo con este diario. «
En italia se habló de “jueves negro” para el vaticano
Las repercusiones por el traspiés de la diplomacia vaticana tuvieron eco en la prensa italiana, que calificó de “jueves negro” a la jornada en la que se generaron versiones contrapuestas sobre la carta que la Santa Sede envió a la Casa Rosada con motivos de la celebración del 25 de Mayo.
“Argentina y el misterio de la carta ‘falsa’ del Papa. Un telegrama con motivo de las fiestas patrias de Argentina mandada a nombre del Papa a la presidente Cristina Fernández de Kirchner provocó fricciones entre Buenos Aires y El Vaticano”, sentenció ayer el diario italiano La Stampa, a través de “Vatican Insider”, su sección especializada en temas de la Santa Sede.
El matutino que se edita en Roma indicó que “una carta ‘falsa’ del Papa y un incidente internacional con el gobierno argentino. Esa resultó ser la secuencia de un ‘jueves negro’ para la diplomacia de la Santa Sede”.
“Un simple telegrama de salutación enviado a la presidente Cristina Fernández de Kirchner por las fiestas patrias del 25 de Mayo causó todo un revuelo cuando fue calificada como apócrifa por un cercano colaborador del pontífice. Pero en realidad el texto era auténtico”, remarcó la publicación.
La Stampa consignó además declaraciones del vocero papal, Federico Lombardi, quien señaló que la carta enviada a Buenos Aires salió efectivamente del Vaticano.
“Es un mensaje oficial enviado por la Secretaría de Estado a nombre del Papa para los saludos a los jefes de Estado con motivo de las fiestas patrias de cada país. La Secretaría de Estado es la encargada de esto, lo manda a nombre del Papa. Obviamente no es una carta personal firmada por el santo padre, pero es auténtica”, aclaró Lombardi.
Catedral
Cristina Fernández participará por primera vez mañana del Tedeum en la Catedral porteña.
Aclaración
“El Santo Padre se lamentó por los que sembraron dudas de la autenticidad de la carta y se manifestó molesto con algunos medios ‘que quisieron sacar agua de la tierra árida para generar conflictos, sin tener el rigor de informar con la verdad'”, relató Cafiero.