El ejercicio de la memoria

CGT

Apelar a la memoria para no repetir errores, ejercitar la memoria para rescatar aquellos momentos en donde estábamos hundidos en lo más profundo y fuimos capaces de salir. Cuando la larga noche finalizó, todo un pueblo quería gritar el terror y el dolor que tuvo atragantado por siete años. Se llegaba a las urnas con los sueños rotos pero con muchísima esperanza de poder abrazar una vez más ese tesoro que todos y cada uno de nosotros debemos cuidar para que nadie nos lo vuelva a arrancar.

El tan ansiado retorno a la democracia del año 83 sirvió como motor de esperanza para afrontar la crisis económica y social que había dejado el nefasto período de la dictadura militar.  El trípode sobre el que se apoyó el gobierno de Alfonsín para poner en marcha el aparato productivo era muy claro: era imperioso reactivar la economía, aumentar el salario real y combatir la inflación.

Los primeros pasos de una democracia que se despertaba de una larga noche, necesitaba del aliento de toda una sociedad que favoreciera el crecimiento a través de la distribución de la riqueza y la reestructuración de la deuda externa abultadísima que habían dejado los gobiernos de facto.

No se le puede negar al gobierno del Dr. Raúl Alfonsín, que buscó alternativas para subir los salarios que fortalecieran el mercado interno y así poder ponerle freno a la creciente inflación; Pero la herencia de la dictadura era muy reciente y todo estaba demasiado fresco, por no decir en carne viva. Era imperioso ajustar las cuentas para contener la inflación. Trabajó para lograr la normalización de los sindicatos, la democratización de los mismos para obtener sindicatos fuertes, poderosos y con amplia participación de todos los sectores.

Todos los caminos que transitó esa floreciente democracia en materia económica para poner de pie al país fracasaron y con el gobierno prácticamente debilitado Menem ganaba las elecciones, con el 47% de los votos.

Recesión e hiperinflación, dos de los fantasmas que ensombrecieron la última parte del gobierno radical. La descarnada lucha planteada entre el poder político y las corporaciones, dejaron una vez más en medio a los ciudadanos que en medio de un estallido social escribieron días muy penosos para la historia argentina.

Después de 13 años el peronismo vuelve a ocupar la presidencia, comenzaba la década del 90 con la llegada de quien por ese entonces era llamado “el presidente de la esperanza”. Supo llegar a la presidencia con un discurso desarrollista, para abandonar luego todos los discursos de campaña que lo llevaron a ese lugar. Las políticas neoliberales con el ministro Domingo Cavallo como su principal defensor llegaron a todo el país. El caudillo dejó en la puerta de la rosada todas sus promesas, profundizando el paradigma económico de la dictadura.

Se dieron en esta década cambios estructurales en el mundo del trabajo con las leyes promulgadas en esta época.  Llegaba la flexibilización laboral y con ella la destrucción de infinidad de puestos de trabajo.

Desregulación, privatización de los servicios públicos, endeudamiento internacional y el desmantelamiento del aparato productivo fueron las recetas que el gobierno menemista siguió al pie de la letra para congraciarse con el Fondo Monetario Internacional y el consenso de Washington.

La profunda crisis y los girones en los que quedó hecho la economía y la clase trabajadora tuvieron su corolario en el 2001 con la llegada de De la Rúa y el gobierno de la alianza quienes no tuvieron la capacidad para contener los conflictos sociales ni hallar un rumbo económico.

La entrega de la legislación laboral durante este gobierno fue total de la mano de la ley de Reforma laboral, que permitía los contratos precarizados y los despidos injustificados.  El vaciamiento de las fábricas les dio el coraje necesario a los trabajadores para recuperarlas y no perder su fuente de trabajo.

El hartazgo popular por las medidas que tomaba el gobierno concluyó con la salida del primer mandatario y una sucesión de 5 presidentes  en pocos días.

La llegada de Néstor  Kirchner en el 2003 llenó una vez más de esperanza a los argentinos que necesitaban un cambio radical, que los representantes dejaran de ser serviles a las grandes corporaciones para caminar junto al pueblo y devolverle a los postergados de siempre los derechos que legítimamente les correspondían.

Se terminaba la crisis de representación y la primera medida fue la derogación de la cuestionada ley de reforma laboral, la “ley banelco”.

Después de 11 años se reunía el Consejo del Salario como un paso trascendental para los derechos de los trabajadores. El desempleo que en 2001 era del 18,3% bajó y en el 2011 era del 7,2 %.

La reparación más importante en materia de derechos humanos llegó con la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final y se reabrieron las causas judiciales para determinar la responsabilidad de los personajes más siniestros de nuestra historia reciente. Fuimos y somos testigos de ver a los altos mandos militares sentados en los banquillos de los diferentes tribunales del país recibiendo la pena que les cabía por las atrocidades cometidas.

Durante el gobierno de CFK la lucha no es ya principalmente por la búsqueda de los puestos de trabajo sino por continuar mejorando las condiciones en los empleos, como por ejemplo erradicar el empleo en negro uno de los principales inconvenientes de nuestros días. Paritarias y  recomposición salarial configuran las características del escenario en el que hoy nos movemos muy diferentes de aquel incipiente comienzo allá por el año 83.

El proceso de justicia se mantuvo durante esta gestión de gobierno y para 2013, 445 personas fueron condenadas por su participación en crímenes de lesa humanidad. Hoy también se juzga la participación activa de muchos civiles durante la dictadura.

Hoy todos tenemos que asumir nuestro protagonismo para trabajar en el fortalecimiento de las instituciones que otorguen la dignidad necesaria a la sociedad en su  conjunto para que la democracia se nos haga carne y se convierte hoy y para siempre en el único modo de vida que hallemos viable.

 

Carlos Arrigoni                    Ricardo Amado

Secretario General                  Sec. Gremial

Miguela Aolita                     David Furland

Sec. Gral. Adjunta                    Sec. Prensa y comunicación