Los siete pronósticos económicos y políticos que nunca se cumplieron

Que la presidenta Cristina Fernández llegará al final de 2014 sin poder político; que ello será la señal para que emerja con toda su fuerza la crisis social con saqueos y violencia; que el motor de la amargura social estará dado en la crisis económica; que ésta estará provocada por la inflación y la disparada del dólar, que impactarán en los niveles de actividad y empleo. La secuencia de eventos encadenados no dejaba lugar a dudas. Así presentaron sus pronósticos los economistas y políticos opositores a lo largo de este año. Pero nada de ello se verificó, con lo que superaron el grado de error que tienen, por caso, los astrólogos. Un repaso por los vaticinios que dejó este año incluye:

Errar es humano. Para Melconian, el dólar cotizaría a $ 10,65. Artana, de FIEL, previó una desaparición de las reservas. Sin red. Broda proyectó una inflación del 50% para 2015, mientras que Lavagna habló de un "Rodrigazo" inexistente.
Errar es humano. Para Melconian, el dólar cotizaría a $ 10,65. Artana, de FIEL, previó una desaparición de las reservas. Sin red. Broda proyectó una inflación del 50% para 2015, mientras que Lavagna habló de un “Rodrigazo” inexistente.

 

1) Fin de ciclo. Los primeros meses del año, allá por enero y febrero, los editorialistas de los principales medios nacionales desempolvaban viejos argumentos para volver a instalar el tan mentado fin de ciclo del kirchnerismo. Plumas como la de Joaquín Morales Solá y varias tapas de Clarín insistieron con el cierre de la etapa política del gobierno. La profecía se chocó con una realidad diferente: luego de más de siete años de gestión, la presidenta Cristina Fernández se acerca al final de su mandato con unos índices de aprobación muy altos y conserva una imagen positiva cercana al 50 por ciento. Mantiene, además, el centro excluyente de la escena política local y una gran presencia en el plano regional e internacional. A la par, el Frente para la Victoria parece encaminarse a ser la fuerza más votada en las elecciones generales del año próximo.

2) Desbande social. “Todos los que auguraban un escenario apocalíptico fracasaron”, afirmó el gobernador bonaerense Daniel Scioli horas antes de Nochebuena. Sin decirlo, el mandatario recordó los dichos incendiarios del tridente integrado por el gremialista Luis Barrionuevo, el gobernador cordobés José Manuel de la Sota y el ex presidente Eduardo Duhalde.

En septiembre, los dirigentes del peronismo opositor comenzaron a agitar los fantasmas de crisis y un “estallido” que recordaba los saqueos y acuartelamientos policiales de fines de 2013. “A medida que se aproxima el tema electoral la Argentina se va poniendo cada vez más fea la mano”, señaló el titular de la CGT Azul y Blanca, y auguró para diciembre un “estallido” por la inflación. “No es que uno meta más miedo. Cuanto más pronto llegue el 2015, mejor”, tranquilizó luego. De la Sota lo respaldó y aseguró que “todo el mundo sabe que la situación del humor social empeora día a día”. Enseguida, Duhalde consideró que a fin de año el país iba “a llegar a una crisis distinta a la de 2001”. Los tres se equivocaron y sólo generaron repudio por buena parte del arco político.

El infaltable Carlos Melconian consideró “gravísimo” que el país entre en default “ya que cerrará definitivamente todas las canillas”.

 

3) Fuga hacia el massismo. La victoria electoral de Sergio Massa en las elecciones legislativas de 2013 parecía convertir al ex intendente de Tigre en una tentadora oportunidad para intendentes y legisladores oficialistas. Medios y dirigentes comenzaron a instalar la idea de una huida desbandada de kirchneristas hacia las filas del Frente Renovador, fuga que finalmente se convirtió en un pequeño goteo sin ninguna figura destacada.

El Frente Renovador se construyó con ex dirigentes kirchneristas caídos en desgracia, como el propio Massa, ex jefe de Gabinete, y el ex presidente del Banco Central, Martín Redrado. Antes y después de las elecciones legislativas del año pasado se sumaron varios intendentes bonaerenses. El mayor pase es por ahora sólo un rumor. Martín Insaurralde, candidato del Frente para la Victoria derrotado por Massa en las legislativas de 2013, renunció a su banca de Diputados para volver a la municipalidad de Lomas de Zamora y es codiciado por el massismo.

4) Dólar. “Nosotros esperamos una devaluación de 50% del peso argentino, una tasa de cambio de 12 pesos por dólar para fin de año.” Cómo si se tratara de acertarle a la lotería, la agencia calificadora de riesgo Moody’s –una de las más renombradas a nivel internacional– pronosticó ante sus clientes con casi un año de antelación que el valor de la moneda se ubicaría en doce pesos por dólar para este fin de año, errándole por el no despreciable margen del 40% (la cotización del billete estadounidense se ubica en 8,57 pesos). Las erróneas proyecciones, particularmente respecto al valor del dólar, abundan entre los economistas más mediáticos. Un caso paradigmático es el de Carlos Melconian, referente del PRO y analista de la consultora M&S. “Vemos una nueva devaluación del peso en Argentina”, dijo Melconian en septiembre pasado, al participar de la Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas. Durante su disertación, aseguró que en diciembre el tipo de cambio debería llegar a $ 10,65 para equilibrar “oferta y demanda”. Lo cierto es que durante el último trimestre la gestión de Alejandro Vanoli al frente del Banco Central logró reducir las expectativas de una devaluación, lo que trajo una reducción en la brecha cambiaria (entre el dólar oficial y el ilegal), al tiempo que favoreció el ahorro en moneda local.

5) Reservas. “A este ritmo de caída, las reservas del Banco Central no llegan a 2015.” El pronóstico, apocalíptico por donde se lo mire, correspondió a Daniel Artana, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). Fue enunciado tal vez no tan casualmente durante una entrevista con radio Mitre (Grupo Clarín) el 6 de diciembre de 2013, momento de tensión cambiaria y política habida cuenta de los saqueos que comenzaban a producirse en distintas provincias tras el acuartelamiento de las policías locales. La proyección, compartida por el staff habitual de los thinks tanks más conservadores, resultó fallida: el stock de reservas se recuperó durante el último trimestre del año a partir de la mayor entrada de divisas provenientes del agro y la implementación de swaps con China, y finalizan el año en U$S 31.110 millones, incluso por encima de los U$S 30.480 millones en que se encontraban al momento de la frase de Artana. En el medio hubo una devaluación, presiones varias en el tipo de cambio y el nombramiento de Alejandro Vanoli al frente del Banco Central en reemplazo de Juan Carlos Fábrega.

6) Inflación. Difícil encontrar en la historia económica argentina un concepto que encierre tanta negatividad como el del “Rodrigazo”, generalmente asociado a la pérdida de poder adquisitivo, devaluación y suba acelerada y sin control de los precios. Y pese a que pertenece a una coyuntura específica –junio de 1975, para ser exactos– el término es habitualmente reflotado para criticar el momento actual. Así lo hizo Roberto Lavagna, economista del Frente Renovador, quien en enero pasado señaló que el gobierno estaba aplicando “un Rodrigazo en cuotas”. “Ocurrirá lo mismo que en el Rodrigazo, los sindicatos no van a permitir una pérdida, por lo menos de la magnitud que les están sugiriendo”, indicó. En tanto, en agosto pasado el ex presidente del Banco Central e integrante del equipo económico de Sergio Massa dijo al portal Infobae que “el panorama es preocupante, la economía está cayendo un 2% anual y la inflación se proyecta al 40% anual”. Lo cierto es que, cuando falta computar diciembre, los precios minoristas acumulan una suba del 22,7% según la medición efectuada por el Indec. Tras un primer trimestre de 2014 con subas importantes, debido en parte a la devaluación de enero, los precios comenzaron un camino de desaceleración, que incluso fue reconocido por las consultoras privadas, algunas de ellas de claro tinte opositor. En paralelo, las negociaciones paritarias se desarrollaron con relativa normalidad y, en promedio, cerraron con subas en torno del 30 por ciento. De cara a 2015, el economista Miguel Ángel Broda se adelantó y proyectó, sin más, una inflación de 50 por ciento.

7) Default. En junio del año pasado, el juez de Nueva York Thomas Griesa trabó el pago efectuado por el país a los bonistas que ingresaron al canje, dando lugar a una situación inédita donde el país deudor manifiesta voluntad de pago y un tercero impide llevarlo a cabo. Algunas semanas después, el International Swaps and Derivatives Association (ISDA, integrado por los propios fondos buitres) declaró que el país había entrado en default. Antes y después de esa declaración, el staff habitual de economistas vaticinó escenarios dramáticos que distaron de llevarse a cabo. “En el peor de los casos, los tenedores de Discount podrían demandar una aceleración de los bonos y, de lograrla, se abriría el camino a todos los acreedores que ingresaron en los canjes de 2005 y 2010 para solicitar lo mismo. En este caso, los reclamos podrían alcanzar casi U$S 29 mil millones, monto que de ningún modo podría ser cubierto sin que medie una reestructuración de toda la deuda”, conjeturó ante el portal Infobae. Por su parte, el infaltable Carlos Melconian consideró “gravísimo” que el país entre en default “ya que cerrará definitivamente todas las canillas”.