La decisión del gobierno nacional de crear del Archivo Oral de las Memorias de Malvinas y la desclasificación de los documentos secretos sobre el conflicto bélico apuntan en una dirección:visibilizar “el error y el horror” de la guerra. Entre las aberraciones cometidas en el archipiélago austral se destacan las torturas, los vejámenes y asesinatos que la jefatura militar aplicó sobre su propia tropa en plena disputa armada y cuya investigación fue clausurada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en una decisión sumamente polémica, el 19 de febrero pasado.
Tiempo Argentino tuvo acceso a algunas de las actas secretas que los conscriptos firmaron en junio de 1982 ante sus superiores, al regreso de las Islas, en las que reflejaron los maltratos denunciados: se trata de testimonios escondidos por las Fuerzas Armadas durante décadas y que podrían utilizarse para exigir la reapertura de la pesquisa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Las víctimas esperan que la decisión que tomó la presidenta Cristina Fernández, en el marco del 33º aniversario del inicio de la guerra con el Reino Unido, favorezca la aparición de archivos similares.
Las torturas fueron sistemáticas. Eso se refleja en los diversos Regimientos en los que se registraron denuncias. Por caso, en la Compañía B del Regimiento de Infantería 3, un soldado(los nombres no se pondrán para preservar las identidades) escribió de puño y letra: “Una vez cazaron un cordero los suboficiales y a unos soldados les ordenaron cocinarlo. Uno de ellos fue y me dio un trozo de hígado. Y al enterarse de esto el subteniente Flores me estaqueó. Porque el cordero era para el personal de cuadros, sólo lo que sobraba era para los soldados. En otras ocasiones, nos pegaba y castigaba poniendo los pies en charcos de agua por espacio de una hora o una hora y media. Uno de ellos fue el cabo 1º Cancino quien también una vez me orinó en la espalda después de pegarme.” Y resaltó lo que sufrió al padecer lo que se conoce como “pie de trinchera” (se trata de un edema doloroso en el pie que en algunos casos deriva en la amputación de las extremidades): “Cuando me comienzan a doler los pies se lo informé a mi jefe de grupo cabo 1º Fiochi y al jefe de sección subteniente Flores. Quienes me dijeron que era un mañoso y no me permitieron ir a la enfermería, pese a que cuando por las noches me quitaba los borceguíes a la mañana siguiente no me los podía poner. Me dijeron que no quitara el calzado así no tenía problemas para colocármelo. Recién el viernes 11 de junio del ’82 por la temperatura que tenía me autorizó el subteniente Flores a concurrir a la enfermería cuando ya casi no podía caminar.”
Otro integrante de la misma compañía también cargó contra Flores: “Cuando sentí las manos y pies congelados hablé con el subteniente Flores y le expliqué lo que ocurría, quien me dijo:‘Soldadito de la Patria, si vos con tus pies y manos que tenés congelados querés ir a la enfermería, los demás heridos qué hacen.’ Luego del acto dijo que hiciera lo que quiera. Luego volví a mi posición.” En un apartado del interrogatorio agregó: “En una oportunidad faltaron raciones de combate. Preguntó quién las había tomado. Y no salió nadie. A raíz de esto nos hizo descalzar y meter los pies en el agua unos cinco minutos. Por otra cuestión nos obligó a pasar cinco días sin usar gorra u otros abrigos en la cabeza. A algunos compañeros los estaqueaba durante horas con el piso mojado. Durante diez días nos dejó sin postre ni galletitas a pesar de que la comida no era suficiente.”
Documentos – En las actas, los ex soldados revelaron los abusos cometidos por algunos de sus superiores durante la guerra.
En la Compañía B del Regimiento de Infantería 5 no corrieron mejor suerte. Un conscripto correntino fue internado por desnutrición. Al ser consultado en un interrogatorio básico sobre sus experiencias negativas, afirmó: “Estuve 15 días sin comer. Sólo un mate cocido amargo por las mañanas. El sargento Vega me ordenó que me levantara a tomar la sopa y por no poder hacerlo por mi debilidad me pegó una trompada.” En la causa que la Corte desechó, y que había sido impulsada en primera y segunda instancia por la justicia federal, una de las 120 denuncias es por una muerte que se produjo por inanición. Es conocida la historia de los soldados que robaban comida de los depósitos donde los superiores tenían incautados los víveres que administraban según su antojo. Eso quedó reflejado en el expediente que se había abierto en 2007 en el juzgado federal de Río Grande (Tierra del Fuego), donde se habían individualizado 80 imputados.
Las denuncian que revelan estas actas son variopintas: “Me fueron disparados a menos de 150 metros tres disparos con pistola 9 mm. A mí y a mis compañeros. Posteriormente la misma persona me tomó del cuello, me derribó y comenzó a propinarme gran cantidad de trompadas, puntapiés e insultos rebajantes e irreproducibles.”
Otro ex conscripto, del Regimiento 1 Patricios, denunció a la hora de escribir sus experiencias negativas: “El trato con oficiales y suboficiales era malísimo. Tanto el cabo 1º Schitane y el teniente Ferrer me pegaron tanto a mí como a mis compañeros. Me hicieron hacer cuerpo a tierra en el agua. Los fusiles NATO no estaban en buenas condiciones. A pesar de tener tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y cena) era escasa y no satisfacía. Nos estaquearon y encima de eso nos cargaron e insultaron.”
Las actas de recepción, algunas de las cuales Tiempo revela en este número, fueron escritas por los ex combatientes al regreso del conflicto bélico en Campo de Mayo adonde les impusieron el silencio: nada de lo vivido en el archipiélago debía trascender públicamente, les espetaron sus superiores. Según recuerdan protagonistas de aquellos sucesos, los formularios fueron entregados por oficiales de inteligencia.
El presidente de la Comisión Nacional de ex Combatientes e integrante del CECIM, Ernesto Alonso, afirmó a este diario: “Con la desclasificación de los archivos va a aparecer un sinnúmero de denuncias semejantes, una infinidad de pruebas que van a fundamentar aún más las denuncias que presentamos ante la justicia y que la Corte Suprema no analizó,reivindicando la doctrina de Punto Final.” “Hubo un ocultamiento de pruebas. No se investigó en dictadura ni posteriormente”, añadió.
Tras recibir la espalda por parte de la justicia argentina, el coordinador del equipo jurídico del CECIM-La Plata, Jerónimo Guerrero Iraola, explicó que elevarán un recurso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que el material desclasificado es sumamente importante. El letrado dijo que harán el planteo “en el menor plazo posible”, aunque resaltó que tienen seis meses desde que fueron notificados (el 20 de abril) para acudir a la CIDH.
“Denunciamos torturas y asesinatos. Entendemos que son crímenes de lesa humanidad. Allíplantearemos que el Estado argentino, a través del Poder Judicial, especialmente, la Corte Suprema de Justicia, nos impidió avanzar en la investigación. Simplemente pediremos que nos dejen investigar” indicó Guerrero Iraola. “Hoy tenemos 120 denuncias, pero sabemos que en la medida en que esto tome estado público van a ser muchas más. Hubo una práctica generalizada y sistemática”, concluyó el abogado.
En este sentido, la titular de la Cámara de Casación Penal, María Laura Garrigós de Rébori, cuestionó ayer el fallo de la Corte que rechazó avanzar en la pesquisa: “Existieron enterramientos hasta la cabeza, paso de corriente eléctrica, falta de alimento como forma de castigo, que configuran múltiples vejámenes realizados a la intemperie y en medio de los bombardeos“, explicó.
Por su parte, Antonela Di Vruno, directora nacional de gestión de fondos documentales del Archivo Nacional de la Memoria, quien trabajó en el archivo oral de Malvinas, afirmó a Tiempo: “Este archivo es una oportunidad y fortalece el relato de los ex combatientes que denuncian las torturas. La desclasificación de los documentos y el archivo son elementos que el estado pone a disposición para que la verdad salga a la luz y sea utilizada por la población y sirva para futuras presentaciones jurídicas. Acompañamos la voluntad de ir a la CIDH de los ex combatientes”, señaló. Y dijo respecto del proyecto que esta apuntalando –y que cruza a seis ministerios–: “Generamos un lugar de escucha para que esta historia se mantenga viva. Este archivo busca romper el silencio que se impuso por años.”
Conmemoración en bolivia del día del veterano
La Embajada de la República Argentina ante el Estado Plurinacional de Bolivia conmemoró el “Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas” mediante un acto de Colocación de Ofrendas Florales que se llevó a cabo en la Plaza San Martín de la ciudad de La Paz, Bolivia. Participaron el presidente de la Cámara de Senadores de Bolivia, José Alberto Gonzales, representaciones diplomáticas y embajadores de Uruguay, Rusia, China, Venezuela, Cuba, Paraguay, Perú y Panamá, el Grupo Boliviano de Apoyo a la Cuestión de las Islas Malvinas, funcionarios del gobierno boliviano y altos mandos de las fuerzas armadas de este país. El embajador argentino Ariel Basteiro agradeció a las autoridades y a la comunidad argentina y boliviana por su permanente solidaridad a favor de la Cuestión de las Islas Malvinas.
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Archivo oral de las memorias de malvinas
Durante el acto que la presidenta Cristina Fernández encabezó en Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, anunció la creación de un Archivo Oral de las Memorias de Malvinas. El trabajo consistirá –afirmó la mandataria– en una minuciosa búsqueda, recopilación y mejoramiento de todos los “testimonios y las memorias” de quienes participaron de una u otra forma de la guerra de Malvinas, en 1982. La presidenta sostuvo que incluirá a “todo aquel que de alguna manera tuvo que ver con ese pedazo de historia, con la historia completa, con los horrores y los héroes, con los cobardes y los mártires, porque siempre hay de todo”. Según confirmó CFK, la creación del archivo, la recopilación y su organización correrá por cuenta del Museo Nacional de Malvinas que funciona en el predio de la ex Esma, que conduce el ex diputado Jorge Giles y que depende del Ministerio de Cultura. La presidenta firmará en los próximos días el decreto que dispone la creación de este archivo y que contendrá los testimonios de los ex combatientes, sus familiares y de periodistas y camarógrafos, entre otros.
Desclasificarán todos los archivos no públicos
“Relévese de la clasificación de seguridad a toda aquella documentación de carácter no público vinculada al desarrollo del conflicto bélico del Atlántico Sur.” Así reza el decreto que firmó la presidenta Cristina Kirchner y que anunció durante el homenaje que se realizó el jueves en Ushuaia al cumplirse 33 años de aquella guerra. El decreto presidencial se suma al que en 2012 instruyó la desclasificación completa de lo que se conoció como “Informe Rattenbach” y que se centró en el desempeño de los militares cuando el conflicto en las Islas Malvinas. Esta nueva decisión convertirá en pública toda la información que existe sobre el conflicto.
Cuando se desclasificó el “Informe Rattenbach” también se incorporaron los archivos desclasificados del Reino Unido referidos a cómo se gestó la guerra. Ese archivo contiene unos 3500 documentos que incluyen testimonios de la entonces primera ministra inglesa, Margaret Thatcher, y todas las comunicaciones del Foreign Office, del Ministerio de Defensa y del Almirantazgo, además del Reporte Frank, el equivalente británico del Rattenbach.
Nuevo reclamo por los cuerpos no identificados
Para la presidenta, una de las deudas pendientes que dejó la guerra de las Malvinas es la identificación de los restos de los soldados argentinos muertos durante el conflicto. El jueves, durante el acto por los 33 años de aquella guerra, la mandataria dijo que su gobierno volverá a reclamarle a Gran Bretaña la “identificación de los muertos” a partir de la comparación de las muestras de ADN de los familiares de los caídos. “No sabemos quiénes fueron los que murieron por nosotros, así que es muy importante”, indicó.
Poco después del acto, realizado en Ushuaia, Cristina Fernández dijo que había instruido al canciller Héctor Timerman para que realice el pedido al gobierno inglés. No será la primera vez y por ello volverán las gestiones diplomáticas para conseguir la identificación de los soldados argentinos que se encuentran enterrados en un cementerio ubicado en las cercanías de Puerto Darwin de la isla Soledad. Se trata de 237 tumbas pero se desconoce la identidad de los que allí se encuentran desde 1982.
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