Un equipo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA alcanzó el 18º puesto en el Mundial de Programación, una competencia internacional en la que superó a más de 120 universidades de todo el mundo, incluida la prestigiosa Harvard, de Estados Unidos. Los estudiantes Melanie Sclar, Ariel Zylber y Lucas Tavolaro Ortiz, bajo la supervisión del “coach” Agustín Gutiérrez y gracias a la coordinación de la matemática Irene Loiseau, lograron acceder al lugar más alto de América Latina.
La competencia, organizada por la ACM (Association for Computing Machinery), se desarrolló en tres ciudades de Marruecos y exigió a sus participantes resolver 13 problemas, en tiempo real. Melarita, el nombre del equipo argentino armado con las primeras letras de los nombres de sus integrantes, logró resolver satisfactoriamente ocho de los 13 algoritmos y cálculos matemáticos. “Muchos de los temas que toca la competencia se ven en la carrera de Ciencias de la
Computación y muchos de los problemas que se resuelven tienen un paralelismo a problemas reales, en los cuales es necesario que una computadora ayude a tomar una decisión, a controlar u optimizar algo, abaratar costos, hacer cuentas que son imposibles a mano”, detalló a Tiempo, Lucas Tavolaro, que además de ser estudiante y docente, milita en La Mella, una corriente universitaria nacional.
Argentina participa hace más de diez años en este mundial y ha obtenido varias veces el premio latinoamericano. Además del trabajo cotidiano en las universidades, los participantes entrenan cada año en un Campamento de Programación que dura dos semanas y es organizado por competidores y ex competidores. Durante el receso invernal, equipos de todo el país viajan a una ciudad, donde toman clases teóricas en la mañana y resuelven problemas en la tarde. “No es un triunfo azaroso, sino consecuencia de un trabajo sostenido en el tiempo. Tenemos un grupo de docentes y estudiantes muy comprometidos, que hasta preparan talleres con especialistas de universidades del interior del país y del exterior. Hay una historia en esto que nos tiene muy orgullosos”, explicó a Tiempo Esteban Feuerstein, director del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas.
El resultado de esta competencia además de un orgullo para sus participantes es considerado una oportunidad para fomentar el estudio de Informática en el país. Durante la última década, la matrícula de las carreras de grado vinculadas a la Informática, Sistemas y Computación cayó un 20%, una tendencia que se repite a nivel mundial. Para revertir ese cuadro, el
Estado Nacional está implementando una serie de medidas, entre ellas, la creación de Program.AR, una iniciativa impulsada por la Fundación Sadosky (del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva), el Portal educ.ar y Conectar-Igualdad para fomentar la enseñanza de computación en las escuelas y de esta manera lograr que los chicos conozcan estos campos y se despierten vocaciones en carreras vinculadas.
“Necesitamos incentivar el estudio en computación porque de verdad se requieren más profesionales que los que se generan cada año. Hay una gran demanda de trabajo y se pierden negocios por esta falta de profesionales. Es posible que la participación en competencias internacionales ayude a crear un poco de sex-appeal sobre estos conocimientos. Esa es una batalla que tenemos que dar porque la computación tiene una historia complicada. Hay un prejuicio de que son cosas difíciles, de nerds, para genios y no es así”, agregó Feuerstein.
A pesar de que el público de esas competencias es muy específico, Verónica Becher, investigadora del mismo departamento y responsable de la formación de varios de los alumnos que llegaron a ser campeones regionales, explicó: “Los que se divierten jugando con los números primos o les apasionan los rompecabezas y los crucigramas seguramente les encantaría formar parte de uno de estos equipos.”
Por su parte, Pablo Heiber, que obtuvo un alto rendimiento cuando le tocó participar de un Mundial de Programación y es organizador del torneo nacional y regional de la ACM, agregó que los saberes de estas competencias, que son muy específicos, resultan muy requeridos por grandes empresas. “Es un saber muy valorado por lo escaso”, dijo el informático que hoy trabaja en Google. La competencia desarrollada en Marruecos es la más prestigiosa a nivel internacional y reúne en un mismo encuentro a Oriente y Occidente. En esta oportunidad, el primer lugar fue para la universidad rusa de San Petersburgo y el segundo para sus compatriotas de Moscú, mientras que el podio lo cerró la casa de altos estudios de Tokio (Japón). El certamen, que duró cinco días, empezó como una competencia local en Texas, Estados Unidos. En los últimos años pasó de tener siete a tener trece problemas, y los organizadores informaron que el más difícil de aquella época es seguramente el más estándar de la prueba actual. Asimismo, hubo un corrimiento de mejor desempeño de los equipos estadounidenses –que antes eran los más fuertes– a los de Rusia y China. «
Matrícula
A pesar de que en sus orígenes las carreras informáticas contaban con un 80% de mujeres en su matrícula, esa cifra sólo alcanza en la actualidad al 10 por ciento. “Acá también hay muchos prejuicios que vencer”, indicó Esteban Feuerstein.