Carlos del Campo, ex integrante del Batallón de Aviación Militar 601, intensamente buscado en la causa por los “vuelos de la muerte”, fue capturado anteayer en Entre Ríos. El militar retirado fue indagado ayer en los tribunales de San Martín. Se trata del sexto y hasta ahora último imputado del caso, entre los que se cuenta Alberto Devoto, ex colaborador de José Manuel de la Sota, informó Tiempo Argentino.
Del Campo, capturado en el Hospital Militar de Paraná, donde supuestamente iba a ser operado por una afección en la vista, era el último de los acusados que restaba presentarse en la justicia. Atenta a los crímenes de lesa humanidad que se le sindican, la jueza federal Alicia Vence había pedido su detención inmediata.
El acusado se negó a declarar e intentó explicar por qué no había podido ser ubicado por las fuerzas de seguridad. Dijo que no se presentó ante la justicia porque “nunca fue notificado” y que jamás concurrió ninguna fuerza de seguridad a los domicilios que presenta como propios en Entre Ríos. Esgrimió que no sabía que lo estaban buscando aunque afirmó que se había enterado que habían sido detenidos algunos de sus camaradas del Ejército.
Vence le adjudicó a Del Campo la participación en los “vuelos de la muerte” que partieron de Campo de Mayo. Si bien se cree que aquella fue una metodología de desaparición frecuente en ese centro clandestino de detención, la jueza le sindicó sólo tres hechos, tal como hizo con el resto de los detenidos: la desaparición y asesinato de Juan Carlos Rosace, Adrián Enrique Accrescimbeni y Roberto Ramón Arancibia.
Con su captura, Del Campo se sumó al grupo de apresados que está conformado por: Devoto, ex jefe de Inteligencia del Batallón de Aviación; Delsis Malacalza, segundo comandante; Luis del Valle Arce, comandante; Horacio Conditi, jefe de personal; y Eduardo Lance, segundo comandante.
Al cierre de esta edición, se presumía que el flamante detenido correría la misma suerte que el resto: sería procesado y beneficiado con la prisión domiciliaria. “Poco a poco se avanza con la imputación a la cúpula del Batallón de Aviación del Ejército. Se debe ser avanzar con los pilotos y con los médicos que colocaban las inyecciones”, afirmó a Tiempo el abogado querellante, Pablo Llonto.
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