EL ULTIMO QUE APAGUE LA LUZ
Dámaso Larraburu redactó la carta documento el viernes. La envió a la Junta Electoral. Allí decía que renunciaba a su candidatura a intendente por el Frente Renovador. Siguieron sus pasos los primeros cinco candidatos a concejales Adrián Saschrgorodsky, Diana Larraburu, Alejandro Hidalgo, Armando Modelo y Ana Ligdas Strizzi, todos del riñon del “Flaco”.
El sexto, el sindicalista de Luz y Fuerza Roberto Ercoli, no tenía intenciones de bajarse. Por lo cual, según la Ley Electoral, se convertirá en el postulante a jefe comunal.
La salida de Larraburu y los rumores sobres sus contactos con el sciolismo hicieron estallar de bronca a Sergio Massa, que telefoneó a Gustavo Bevilacqua para ordenarle que evite la sangría de candidatos y que la lista local no desaparezca.
Incluso, hubo ingentes gestiones hasta últimas horas del domingo para que Saschrgorodsky reconsiderara su renuncia. El titular de la Sapem contestó que si quien lo había convocado había dado un paso al costado, él no podía seguir por una cuestión de lealtad.
Después llegaría la oleada de versiones y publicaciones periodísticas de dudosa procedencia. En el pago chico, se especulaba con que los larraburistas del gabinete municipal saldrían eyectados. Sin embargo, fuentes consultadas en Alsina 65 pusieron paños fríos.
Lo que si era un hecho era la ruptura del bloque de concejales del Frente Renovador. Sólo el colectivero Ricardo Pera quedaría sosteniendo la bandera del tigrense y también la del Intendente bahiense.
El panorama es desolador para los que alguna vez soñaron con una continuidad del grupo político que hoy gobierna la ciudad. Todo terminó de la peor manera. Bevilacqua, en tanto, calcula los días para saber cuánto más deberá soportar en un puesto que nunca lo cautivó. Y que seguramente no extrañará.
Incluso, la entrega anticipada del poder es algo que varios de su entorno analizan. Pero Bevilacqua lo desmiente. No quiere sumarse a la lista de peronistas que, por distintas razones, dejaron el poder antes de tiempo.