En medio del alza de la conflictividad laboral, con los despidos, suspensiones y medidas de fuerza, se suma el crecimiento de los juicios laborales, por despidos y por accidentes y enfermedades, que incrementa la presión al sector asegurador de accidentes laborales.
En una nota de Ámbito Financiero de la semana pasada, se advierte sobre un fuerte resurgimiento de “la industria del juicio”. Las ART alertan que año tras año se plantean unas 110.000 nuevas demandas, de las cuales la mitad corresponden a la Ciudad de Buenos Aires. Y que existe un “stock” de juicios que ya supera los 300.000, lo que significa un costo potencial de 5.000 millones de dólares sobre los empleadores (públicos y privados).
En conversaciones con InfoGremiales, el abogado laboralista, Valentín Vidal, confirmó un fuerte aumento de los juicios por despidos, particularmente en el sector público. “La mayoría en principio intenta la reincorporación, pero si no lo logra, van a juicio”. También confirmó que la mayoría lo hace desde un asesoramiento con ATE.
Por otro lado, si bien coincidió en que el sistema de las ART no funciona bien, y que nunca lo hizo, el Dr. Vidal advirtió sobre el peligro de soluciones que con el objetivo de reducir la presión salarial, refloten conocidas medidas de flexibilización laboral que redundan en una precarización para los trabajadores.
En tal sentido se pronunciaba el presidente de COPAL (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios), Daniel Funes de Rioja, en la mencionada nota del diario empresarial, donde proponía contratos de desgravación de cargas sociales durante los dos primeros años, para impulsar la creación de empleo.
Vale recordar que el peligro de los momentos recesivos de la economía es buscar la reactivación de la oferta de trabajo mediante la disminución de los niveles de derechos laborales. Como cuando Domingo Cavallo aducía en la década de 1990, que el desempleo se debía a los altos salarios argentinos.