Trabajadores esenciales: algo más que un trabajo

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Todas las noches los aplausos aturden como forma de reconocimiento al personal de salud, a las fuerzas de seguridad y al conjunto de trabajadores que se exponen al virus en sus tareas cotidianas. Durante el día la gratitud se da en los barrios más carenciados donde, lo esencial, muchas veces no existe.

La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 obligó a un reordenamiento provisorio de las actividades que componen la economía. De esta manera, desde el Gobierno, en conjunto con asesores expertos, establecieron en el inicio de la cuarentena cuales serían las actividades esenciales.

Dentro de esta nueva categorización se incluyeron, además del personal de la salud y fuerzas de seguridad, los trabajadores de la alimentación, que garantizaron la distribución de alimentos e insumos para las familias. Sin embargo, el acceso a los barrios más vulnerables desposeídos de red de agua corriente o luz, incrementando día a día el riesgo de contagio, elevó la dificultad de cumplir con el abastecimiento. Pero, a partir de la solidaridad y el compromiso de los trabajadores, los víveres básicos llegan a todas las familias del país.

Tal, es el caso de la Villa 31, que hoy representa uno de los principales focos de contagio del Covid-19, donde trabajadores de aguas y gaseosas cumplen sus tareas con esfuerzo y sacrificio ante el alto riesgo de contagio.

Con un estricto protocolo sanitario y una capacitación previa por parte de expertos en seguridad e higiene, provistos de un traje especial descartable y la utilización de productos especiales para la desinfección, los trabajadores realizan su función, la cual adquiere una relevancia total ante las infinitas necesidades que se visibilizan en los barrios más pobres.

La idea de las empresas y la Federación Argentina de Trabajadores de Aguas y Gaseosas (FATAGA) es seguir capacitando a los trabajadores en materia de cuidados sanitarios para cumplir con el abastecimiento de los comercios y poner a disposición de las familias los alimentos de cada día.

En este sentido, el secretario general de FATAGA, Raúl Álvarez, destacó el compromiso y la solidaridad de sus afiliados, así como el orgullo que genera ver como los trabajadores cumplen con sus obligaciones y un poco más para ayudar a los que menos tienen.

Fuente: Linea Sindical