Si bien el mandatario arrancó su agenda como se había previsto, terminó a las apuradas, seguido por manifestantes que repudiaron su presencia en la provincia y cuestionaron la represión en Jujuy.
El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, fue escrachado otra vez en su gira electoral por el país. En esta oportunidad, el compañero de fórmula del presidenciable Horacio Rodríguez Larreta (Juntos por el Cambio) llegó a la provincia de Salta, donde fue repudiado por integrantes de comunidades indígenas, organismos de derechos humanos y militantes feministas de Salta, quienes aseguraron que su presencia no es grata en la provincia tras las graves violaciones a los derechos humanos que propició en Jujuy.
Si bien el mandatario arrancó su agenda como se había previsto, con el correr de las horas, a medida que se difundía su presencia en el territorio salteño, se organizaron escraches en cada lugar que iba a visitar. El mandatario jujeño llegó durante la mañana, y su primera actividad fue un recorrido por determinados medios de comunicación.
En su paso por Canal 11 de Salta se refirió a la situación social que atraviesa la provincia que gobierna desde hace casi 8 años. Dijo que el reclamo salarial docente, que consideró legítimo, “está resuelto prácticamente”, aunque uno de los gremios mayoritarios de la docencia de Jujuy, ADEP, sigue de huelga.
Por otro lado, Morales reconoció que aún se mantiene el conflicto con las comunidades indígenas, que sostienen cortes de ruta en toda la Quebrada y Puna jujeña, pero volvió a insistir en que hay intereses político partidarios detrás. “Ayer estuve con la mayoría de las comunidades”, aseguró, aunque las comunidades que siguen rechazando la reforma de la Constitución afirman que se reunió con unas cien, de más de 400 que hay en la provincia. El gobernador sostuvo que todo el conflicto está “muy politizado” y cuestionó que Gendarmería Nacional “nunca quiso intervenir en el tema de los cortes”.
“Es una situación muy compleja porque tenemos al Gobierno nacional que no sólo ha planteado una acción de inconstitucionalidad a una reforma que da más derechos, que es muy progresista y de avanzada; sino que también participa para incentivar (los cortes) con mucha dirigencia”, denunció. Y tras echar culpas otra vez al gobierno de Alberto Fernández, dijo que esta misma semana posiblemente haya una resolución de la confrontación que mantiene con los pueblos indígenas.
Luego de la gira mediática, Morales almorzó con les precandidates a diputades nacionales que acompañan su fórmula: la negacionista y dirigente del PRO, Inés Liendo, y el presidente del directorio de Recursos Energéticos y Mineros de Salta, Alberto Castillo, quien también fue legislador de la capital salteña. La lista de Liendo y Castillo irá a internas con otras tres postulaciones, siendo la más destacada la del radical Miguel Nanni y Virginia Cornejo (PRO), quienes buscan renovar sus respectivas bancas acompañando la fórmula presidencial de Patricia Bullrich (PRO) y del radical Luis Petri.
Liendo afirmó que el 10 de diciembre se iniciará una nueva era en el país, “en la que vamos a trabajar sin descanso para que todos los argentinos tengan una oportunidad”. Agregó: “vamos a trabajar para terminar con las trabas burocráticas que impone el Estado y reducir la carga impositiva que ahoga a los sectores que invierten en trabajo y desarrollo para nuestro país”.
En tanto, Castillo dijo en sus redes sociales que junto a Liendo trabajarán “desde el Congreso de la Nación apostando al desarrollo del sector productivo y acompañándolos con reglas claras para que Salta siga creciendo. Estamos convencidos de que necesitamos verdadero federalismo”, remató. De la comida también participaron la dirigente radical y candidata en tercer término Macarena Navarro; la actual secretaria de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Salta, María Silvia Varg, y referentes de los partidos que forman parte de Juntos por el Cambio.
De escrache en escrache
Tras el almuerzo, Morales tenía pactada una reunión a las 15 con las y los afiliados de la Unión Cívica Radical. La cita era en el hotel Presidente, un edificio céntrico de la capital salteña. No obstante, el mandatario provincial decidió no ir tras enterarse que había más de 20 personas esperándolo con carteles que decían: “Fuera Morales genocida” y “Morales represor. Jujuy resiste”.
El aviso de que no llegaría al hotel no se supo transmitir a la totalidad de referentes y militantes radicales y algunes lo esperaron en el hotel por más de 40 minutos. Mientras, quienes repudiaban la presencia del gobernador jujeño optaron por trasladarse al hotel Alejandro I, ya que se supo que a las 16 mantendría una reunión con el sector empresarial de Salta en esas instalaciones.
Al llegar, se supo que Morales y su equipo ya estaban en el edificio puesto que decidieron mantener allí el encuentro con el radicalismo, para después encontrarse con empresarias y empresarios del campo, la minería, el turismo y la agroindustria. Aún así, al gobernador le esperaba otro mal momento, en este caso, con la prensa salteña. Si bien el mandatario estuvo reacio en un primer momento a cualquier intercambio, tuvo que ceder después de que se intentara echar con el uso de la fuerza a les periodistas.
En un breve diálogo, el mandatario se refirió a la figura de Miguel Nanni, que siendo radical optó por acompañar a Bullrich. “Está todo bien”, dijo. Sostuvo que Nanni forma parte del frente de JxC, por lo que es sabido que después de las PASO, establecidas para el 13 de agosto, “vamos a trabajar juntos”. “Que Nanni haya tomado esa decisión no es un agravio, somos amigos”, expresó.
Morales nuevamente se refirió a la situación de Jujuy y manifestó que su objetivo siempre fue “restablecer el orden y la paz”, y sobre la represión del 20 de junio en las puertas de la Legislatura (tras la jura de la nueva Constitución provincial a puertas cerradas) en realidad se trató de un intento de golpe de Estado hacia su gobierno. “Lo que vamos a hacer nosotros es preservar la paz y garantizar la movilización pacífica”, insistió. “Cortar las rutas y arrojar piedras no es una modalidad de protesta. Son delitos que se comenten”, aseguró. Prosiguió: “No queremos ese país de la violencia y la corrupción, lo que queremos es el país que recupere la cultura del esfuerzo y el trabajo”.
“Represor de nuestros hermanos”
Mientras el gobernador jujeño atendía a los medios de comunicación y llevaba adelante reuniones, en las puertas del hotel Alejandro I se escucharon cánticos de los manifestantes que repudiaban su presencia en Salta: “Arriba la whipala, abajo la reforma”, era uno de los más repetidos.
En diálogo con Salta/12, Luciano Vázquez, del Pueblo Kolla-Atacama, aseguró que recibir a Morales en la provincia significa recibir al “represor de nuestros hermanos de Jujuy”, quienes se encuentran defendiendo sus territorios. “En vez de ese diálogo y paz que tanto pregona, lo único que hace es llevar balas”, cuestionó, recordando que al menos dos jóvenes perdieron la visión de un ojo.
Que “se sepa que la provincia de Jujuy no está sola y que Salta manda su apoyo y fuerza. Morales es represor de nuestros hermanos”, insistió Vázquez.
En tanto, Marcela Gutiérrez, de la Asociación de Derechos Humanos Coca Gallardo, afirmó que su presencia en los escraches fue motivada por la necesidad de dejar en claro que Morales “ha demostrado tomar decisiones inconsultas y siempre en contra del pueblo jujeño”. Dijo que la nueva Constitución favorece a las empresas extractivistas que persiguen principalmente el litio, “sin respetar leyes prevalecientes sobre las tierras de los pueblos originarios”.
De las manifestaciones también participó Cristina Benítez, de la Comunidad Chalguamayoc del departamento jujeño de Yavi. Contó a este medio que toda su familia es oriunda de la provincia vecina, aunque ella vive actualmente en Salta. Denunció que lo que hizo Morales en las últimas semanas evidencia que “no pensó en los pueblos originarios”, quienes únicamente buscan defender sus territorios y los recursos que hay en ellos.
“Morales no tiene corazón y no sé hasta cuándo va a seguir” actuando en contra de las comunidades, afirmó. Añadióque la única premisa que se mantiene desde los pueblos es “que baje la reforma y renuncie” el gobernador. “Es lo que mejor haría por la gente”, concluyó, relatando que muchas personas de las comunidades que votaron a Morales están siendo perseguidas ahora.
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