A 48 horas del Confederal, en Azopardo se debaten entre el paro y la espera

A 48 horas del Confederal, en Azopardo se debaten entre el paro y la espera

El consejo directivo de la CGT sesionará hoy, a sólo dos días de la realización del Comité Central Confederal. En la central las posiciones se dividen entre los que buscan avanzar en una confrontación y quienes quieren seguir esperando.

El triunvirato integrado por Carlos Acuña, Héctor Daer y Juan Carlos Schmid, comandará la reunión de Consejo Directivo . Las deliberaciones están previstas a partir de las 15 en Azopardo 802 y tendrán como tema excluyente la preparación del decisivo Confederal del viernes.

Respecto de ese encuentro, existe un consenso mayoritario de propiciar que el triunvirato sea facultado el viernes para convocar a un paro general o una movilización cuando lo considere necesario, mientras se aguardan respuestas del Gobierno sobre el menú de reivindicaciones presentado, que contemplaría cuatro puntos.

Las propuestas de la CGT quedaron oficializadas el jueves de la semana pasada, cuando el ministro de Trabajo, Jorge Triaca y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, se reunieron en la sede la Uocra con Daer, Schmid, Acuña, Andrés Rodríguez, Lingeri, Armando Cavalieri, Omar Maturano, Mario Caligari, y el dueño de casa, Gerardo Martínez.

Esta es la lectura que hacen de la situación algunos dirigentes gremiales: mientras éstos dicen estar preocupados por la situación socioeconómica, los representantes del Gobierno, siempre según esa visión, estarían convencidos de que van en el camino correcto, rumbo a un futuro promisorio.

En un intento por enfriar la anunciada confrontación con el Gobierno, reclamada a viva voz por otras corrientes sindicales, sociales y políticas, los dirigentes cegetistas, que hacen del diálogo un ejercicio permanente, plantearon la necesidad de que las autoridades den definiciones inmediatas sobre cuatro puntos: excluir a todos los trabajadores del impuesto a las Ganancias del medio aguinaldo de diciembre; un aumento de emergencia a los jubilados; un bono a fin de año para compensar la inflación, y la demorada certificación de autoridades de la CGT que debe otorgar el Ministerio de Trabajo.

Asimismo, los gremialistas manifestaron su preocupación por las versiones sobre una supuesta “campaña antisindical” que promovería algún ámbito gubernamental, y citaron como ejemplo la amplia difusión de los problemas judiciales del marítimo Omar Suárez.

Obviamente estas propuestas serán debatidas en el consejo directivo de mañana, porque de nada servirán si no hay una aceptación mayoritaria por parte de aquellos que no forman parte de la conducción, como la Corriente Federal de Trabajadores, que lideran el bancario Sergio Palazzo y el docente Horacio Ghillini.

Salvo los gremios enrolados con Hugo Moyano y con Luis Barrionuevo, a quienes no les disgustaría aplicarle al Gobierno la máxima vandorista “golpear para negociar”, toda vez que no están muy convencidos de motorizar una confrontación, como es el caso de “los veteranos (los hermanos Daer, Cavalieri); los independientes (Andrés Rodríguez-Lingeri-Gerardo Martínez) y los gremios enrolados con el ex titular cegetista, Antonio Caló.

También en el Consejo Directivo se tratarán bajo el rubro “asuntos varios”: la falta de la certificación de autoridades de la CGT elegidas el 22 de agosto y otras cuestiones menores, como los cortocircuitos entre algunos dirigentes y la solicitud que promovió el ferroviario Omar Maturano: en las reuniones de consejo directivo deben estar únicamente sus integrantes, por lo cual no pueden participar jefes de prensa, abogados, ni asesores.

Finalmente, de prosperar la línea dialoguista habrá que ver cómo responde la mentada “unidad en la acción” entre la CGT, las dos CTA y demás organizaciones sociales, gremiales y políticas.