La CGT aprovechó una actividad del Colegio Público de Abogados y se mostró distendida con funcionarios del Gobierno Nacional. Fue apenas 48 horas después de haber descartado la propuesta de endurecer las protestas de los gremios más combativos. El ala dialoguista parece empezar a normalizar la relación con los libertarios.
De forma distendida como pocas veces desde que asumió La Libertad Avanza, el Gobierno, empresarios y sindicatos se mostraron juntos. La excusa fue la del Primer Congreso Nacional, Internacional e Interdisciplinario de Riesgos del Trabajo. Organizado por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.
El encuentro llegó apenas 48 horas después de que la cúpula de la CGT descartara el pedido del sector combativo de profundizar las protestas contra la gestión libertario e hizo las veces de antesala de la mesa tripartita a la que a fines de septiembre pasado acordaron llegar los tres sectores, tras una reunión en Casa Rosada, pero que aún no se concretó.
En el encuentro de este jueves se discutieron temas como la prevención de riesgos laborales, el impacto de la tecnología y la IA, las comisiones médicas y los accidentes y enfermedades en el trabajo virtual o domiciliario. A él asistieron el secretario de Trabajo, Julio Cordero, y representantes de los gremios como Gerardo Martínez de la UOCRA y de los empresarios como Daniel Funes de Rioja de la UIA.
“Tenemos que generar condiciones de trabajo seguras. Cuando hablamos de erradicar la violencia y el acoso en el ámbito laboral, como propone el Convenio 190, lo primero que debemos pensar es en condiciones de trabajo que sean dignas y seguras”, dijo Cordero.
Con este antecedente, ahora se espera la concreción de la mesa tripartita que impulsa el Gobierno y que podría darse en las próximas semanas, en Casa Rosada. Allí se espera que estén el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el estratega presidencial, Santiago Caputo, Cordero y el ministro de Desregulación y Transformación, Federico Sturzenegger.
La idea de ese encuentro, y los que le sigan, es poner los puntos sobre los cuales están más interesados en profundizar y “escuchar lo que tienen para decir”. Con empresarios y gremialistas sentados a la mesa, y con la reforma laboral como uno de los principales temas de fondo, el Ejecutivo también será en la práctica una suerte de “mediador” entre ambos sectores.
La última vez que todos se vieron las caras fue a fines de septiembre pasado, en la previa a la asunción de Mario Lugones en el área de Salud, con quienes los sindicalistas señalan una muy buena relación. Corría fines de septiembre pasado y los líderes de la CGT que asistieron a Balcarce 50, entre los que estaban entre otros Héctor Daer, José Luis Lingeri y Martínez. Eran tiempos más convulsionados para la relación con el Ejecutivo por los reclamos gremiales de Aerolíneas Argentinas y del sector universitario, dos focos en los que ellos intentaron calmar las aguas.
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