Quiero referirme a un episodio reciente de inédita gravedad institucional, un hecho sin antecedentes que no podemos pasar por alto: parece irreal, pero el Presidente de la Nación amenazó con intervenir la Provincia y pretendió echar al Gobernador por redes sociales.
Tal como ocurrió con la criptomoneda, ahora dice que no quiso decir eso. No se puede ser tan impune, cínico e irresponsable.
Así como un presidente no puede avalar una estafa financiera de escala internacional, tampoco puede usar el mandato que le dio la democracia para atentar contra ella. Desde acá le quiero recordar al presidente que con la democracia y con el federalismo no se juega.
No voy a permitir que el destino de los bonaerenses quede librado a la improvisación, la prepotencia o el resentimiento de un Presidente que no respeta la democracia.
El sector privado se está reduciendo: se destruyeron 12.600 empresas, mientras que el gran ganador es el sector especulativo. Muchos perdedores y pocos ganadores dan como resultado una mayor concentración de la riqueza en pocas manos, más desigualdad, menos oportunidades y menos libertad para las mayorías. Este modelo resulta injusto, inestable y frágil.
La deuda del Gobierno Nacional con la provincia de Buenos Aires asciende a $9,4 billones, sin considerar el impacto de la recesión en la recaudación: por estos fondos realizamos siete denuncias ante la Corte Suprema de la Nación. La justicia le tiene que poner un límite a este saqueo ilegal.
La deserción del Gobierno Nacional no es solo una cuestión económica o administrativa, es también un proyecto de desintegración nacional. No es un descuido ni un error: es un plan. Milei no solo busca achicar el Estado, quiere desintegrarlo, quiere desmantelar la comunidad, quiere dividirnos para debilitarnos. Y eso es una estafa al pueblo, a la patria y a la constitución.
Nuestro Gobierno Provincial actúa como escudo para proteger derechos agredidos y como red para atenuar el daño y sostener, en las medida de nuestras posibilidades, el tejido social y productivo. En cada tema demostramos con hechos que sí hay una alternativa a la motosierra y al ajuste.
En materia de seguridad, las diferentes tareas, las que corresponden a la Provincia y las que corresponden a la Nación, deben estar coordinadas, pero el Presidente de manera insólita rechaza los reiterados pedidos de reunión que le hice y sostiene que no tiene nada que hablar con el Gobernador de la provincia más grande del país. Por mi parte, ya he dado sobradas muestras de poder trabajar y colaborar con gobernantes de espacios políticos muy distintos o incluso antagónicos al mío. Para mí, mejor que tuitear es realizar.
A pesar del ajuste de nación, estuvimos cuando otras provincias nos necesitaron. Hemos coordinado acciones de respuesta rápida frente a situaciones de emergencia en Río Negro, Chubut y Córdoba. Junto a la provincia de Santa Fe y, en el marco de la lucha contra el narcotráfico, reforzamos la presencia operativa en Rosario destinando 80 móviles a la ciudad. Tengo la carta de la Ministra en la que los solicita y mi respuesta fue sí, por supuesto.