Bahía Blanca: Massot, Massa y las ganas de creer

Este martes 13, el diario de Massot festejó la victoria de Sergio Massa en las PASO y anunció con atronadoras palabras el final del kirchnerismo. Pero los números no cierran: Massa logró poco más de cinco puntos de ventaja y el propio Massot anunció hace un trimestre que harían falta de “quince a veinte” para “labrar el acta de defunción”.

Por Diego Kenis I El diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca regaló este martes 13 a sus lectores un editorial donde nuevamente la inconfundible prosa de Vicente Massot volvió a sonar atronadora. Si Thor y el trueno eran según Borges al principio de los tiempos la misma cosa, las palabras de Massot de los últimos días dan cuenta de una esperanza que no se corresponde con el escenario concreto que como analista político diplomado debería medir materialmente.

Luego de que los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani pidieran en mayo pasado su detención por su participación en el plan criminal de la última dictadura, la prosa de Massot retomó el vigor de sus mejores tiempos. Primero, denunció una persecución en su contra por parte del gobierno nacional, “los fiscales de Gils Carbó” y los medios periodísticos “afines”, entre los que incluyó a Agencia Paco Urondo. Posteriormente, dedicó varios de sus editoriales a acusar al gobierno, y en especial a su máxima representante, de corrupción, perversión y otras lindezas.

Tras los resultados de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo, se atrevió a anunciar una vez más el cierre del ciclo inaugurado en 2003. El golpeteo de una piedra dentro de una caja de zapatos puede despertar, en el oído esperanzado en escucharlo, un estruendo mayor al de la caída de la piedra movediza de Tandil.

Martes 13

La tapa del diario bahiense de ayer (foto) se encuentra en perfecta sintonía con las primeras planas de los de Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre de la misma fecha. Los tres se han cansado de anunciar un fin de ciclo que nunca llega. El editorial de La Nueva Provincia se ubica junto al título más importante de su tapa, que anuncia “Cristina, con plazo de vencimiento” e indica, a propósito de la presidenta, que “derrotada en los principales distritos electorales del país, el gran interrogante es saber cómo va a reaccionar, ahora que su mandato tiene un fin a la vista”.

En el afán de retratar a la vez un escenario de derrota oficial y peligro institucional, la nota agrega además que la gestión fue receptora de un “voto castigo” que hará que el 10 de diciembre de 2015 su principal referente deba “irse a su casa” excepto que “intente alguna maniobra por afuera de la ley y de las instituciones”, cuyo posible carácter el texto no especifica. Tras aplaudir, justificar e incluso aconsejar a las dictaduras que se sucedieron entre 1955 y 1983 es claro que en materia de maniobras por fuera de la ley y las instituciones La Nueva Provincia podría dar cátedra. Extraño resulta, sí, que ahora aparezca como el principal garante del Estado democrático.

Las metáforas necrológicas se mantienen tanto en la nota central como en el tradicional editorial. Para el notero Eugenio Paillet, los resultados del domingo quitan a la presidenta “toda posibilidad” de “mantener entre sus manos la designación del sucesor, sepultada para siempre la aventura de la re-reelección”.

El editorial es más contundente aún y merece reproducirse íntegro a fin de comprobar en dos meses o dos años, lo que lo desmienta primero, la vocación de oráculo de Massot. Bajo el título también fúnebre de “Enterrada”, la nota interpreta que “la elección del domingo ha clausurado, sin derecho a apelación, el proyecto de máxima del kirchnerismo: la reforma de la Constitución Nacional. Ahora sí la hegemonía del oficialismo es cosa enterrada y la continuidad de Cristina Fernández después del 2015 ha pasado a ser una utopía”.

“Los días del kirchnerismo con su secuela de arbitrariedad, corrupción y soberbia están contados. Como mucho, concluido su mandato, la presidente deberá volver a su casa. Eso en el mejor de los casos. En el peor deberá rendir cuentas de sus actos y de sus bienes”, se esperanza el texto de Massot, quien sí tiene confirmada una espera judicial: la Cámara Federal bahiense aún debe resolver en torno a los pedidos de detención e indagatoria elevados por los fiscales Nebbia y Palazzani por su participación en delitos de lesa humanidad durante la dictadura que aún hoy aplaude.

“Se abre, pues, un escenario incierto y lleno de peligros. Porque nadie sabe cual será la reacción de una mujer con picos de desequilibrio emocional evidentes, cuando se de por enterada de una derrota que, en octubre, podría ser verdaderamente estrepitosa” (sic), finaliza.

Ficciones

El futuro es residencia de lo imprevisto, y ninguna predicción ni esperanza pueden descartarse antes de tiempo. La delgada línea que separa el editorial de La Nueva Provincia de una parrafada de Horangel o de una ficción literaria no obstruye sin embargo el camino para medir su asidero material.

Tras el pedido de detención en su contra por parte del Ministerio Público, Massot leyó bien el escenario y tuvo para con el gobierno un gesto de justicia: lo reconoció como el responsable de su complicada situación personal. No existe la trama de persecución política que su paranoia desparrama en notas y editoriales, pero sí es cierto que fue a partir de 2003 que comenzó a desandarse el camino de impunidad trazado por los anteriores gobiernos respecto de los crímenes de la dictadura.

A tono con su lectura, Massot se preparó para estas elecciones apuntalando a nivel nacional a Sergio Massa, el galán de pelo corto que promete cerrar debates sobre el pasado. En el orden local, caído el intento del PRO de contar con candidatos propios, Massot otorgó a la lista encabezada por Francisco de Narváez a su editorialista radial Héctor Gay para el primer lugar de la nómina de candidatos a diputados provinciales de Unidos por la Libertad y el Trabajo en la Sexta Sección Electoral bonaerense, que incluye más de veinte distritos. En el orden regional, la candidatura de Gay representa algo similar a la de Mirta Tundis en la órbita nacional: una desmentida a la falacia del periodismo nominalmente “independiente”. Hacia la derecha también ha quedado al descubierto, a pesar de las críticas solapadas, el periodismo militante.

La apuesta no fue del todo satisfactoria. Luego de casi tres décadas como referente del espacio radial en el seductor horario de las 7 de la mañana en una radio hegemónica con fuerte impacto urbano y rural nutrido de la retroalimentación publicitaria ofrecida por el diario, Gay logró a duras penas sobrepasar el 20 por ciento de los votos. Con esa cifra, el mejor resultado que obtuvo fue el arrastre en Bahía Blanca, que se tradujo en la sorpresiva victoria del candidato a concejal de ULT Martín Salaberry, que reunió poco más del 22 por ciento. No obstante, la alegría massotista debería disiparse cuando se observa que entre las dos listas vinculadas al kirchnerismo, una oficial y otra adherente, suman un número que orillaría el empate técnico con el denarvaísmo de pago chico: 21, 8 por ciento de los electores bahienses votaron a alguno de los candidatos a concejales que se presentaban como kirchneristas.

Que lo sean genuinamente o no, o que los porcentajes individuales los hayan dejado en el cuarto y quinto lugar, son discusiones o resultados que responden en todo caso a fallas en la construcción de la representación política o a debates internos y no a una disminución en la adhesión popular a un proyecto de gobierno cuya máxima referente ocupa el despacho principal de la Casa Rosada y no un asiento en el Concejo Deliberante bahiense. Un analista político diplomado como Vicente Massot debería saber o intuir que un proyecto o un movimiento no se clausuran cuando sus dirigentes cometen errores o sostienen internas puertas adentro sino cuando se erosiona irreversiblemente su respaldo popular. Aún tomando en cuenta que quien encabeza la lista adherente está plenamente identificado con el diario de Massot, resulta difícil imaginar que los votos que la nómina cosechó, casi un nueve por ciento, puedan emigrar en octubre hacia las opciones locales del massismo o el denarvaísmo.

Los números se comprueban cuando se observa el respaldo que obtuvieron otros cuerpos de la boleta kirchnerista en territorio bahiense. En Bahía Blanca, Insaurralde quedó segundo debajo de Francisco de Narváez pero reunió casi el 22 por ciento de los votos, prácticamente los mismos que sumaron las dos listas del orden local. El resultado se amplió en el global de la Sexta Sección del sudoeste bonaerense, donde la nómina de precandidatos a diputados nacionales por el kirchnerismo obtuvo el primer lugar con el 23, 5.

En la carrera hacia la legislatura provincial, el periodista militante (de Massot) Héctor Gay logró imponerse en Bahía Blanca con elevado porcentaje. Festejó antes de tiempo, pero olvidó aguardar los resultados que llegaban desde la región, donde quedó segundo detrás de Marcelo Feliú, del Frente para la Victoria, que lo aventajó por casi cinco puntos. En el distrito de Saavedra, donde nació y comenzó a ejercer el periodismo, Gay ocupó el tercer lugar detrás de sus pares del Frente Progresista Cívico y Social y el FpV, con 2418 votos sobre 12550 positivos. Que te compre quien no te conoce.

Miércoles 14

Su Majestad, el archivo, permite distinguir hoy que la performance que Sergio Massa logró en la provincia el domingo no alcanza para los festejos de quienes esperan ver cerrado el ciclo kirchnerista. Un trimestre atrás, el propio Massot dijo en una entrevista con Infobae que el candidato del Frente Renovador necesitaba “quince o veinte puntos” de ventaja para convertirse, metáfora necrológica de por medio, en el encargado de “labrar el acta de defunción del kirchnerismo”.

La realidad marca que en las PASO el intendente de Tigre logró entre la tercera y la cuarta parte de la diferencia que Massot brindó como expectativa, y que su caudal de apoyo electoral no ha ido creciendo sino disminuyendo, frente a un partido de gobierno que lleva diez años en el poder y no siente secuelas de lo que podría ser el lógico desgaste de la permanencia. De los entre diez y quince puntos de distancia favorable que recibieron su lanzamiento electoral, casi finalizado el recuento Massa apenas supera los 5 reales. Las aún poco claras circunstancias que rodearon el robo de su casa y su confusión entre Juan D. Perón y Elisa Carrió habrán contribuido a la disminución. Como contrapartida, la acusación mediática más atendible en contra del gobierno nacional pasó en los últimos meses por la revisión del pasado del general César Milani, nuevo jefe del Ejército. Pero ni Massa ni Massot pueden hacer de ello una bandera. El primero porque prometió no discutir más el pasado, y el segundo porque le conviene que el primero cumpla su promesa.

Por otra parte, el kirchnerismo logró en todo el país un respaldo total del 26, 31 por ciento y poco le faltó para doblar a su segundo en ese plano, el Frente Renovador, que obtuvo el 13, 54. Los diarios opositores se entretuvieron ayer en comparar esta elección con la de 2011, cuando Cristina Fernández llegó a la presidencia de la Nación por segunda vez con el doble de puntos porcentuales a su favor. No parece apropiado, porque en un caso se trata de elecciones legislativas y en otro de una para la representación ejecutiva, con un candidato único por cada fuerza para todos los distritos del país. Y, en 2011, con la máxima referente del proyecto político y el modelo económico en el primer lugar de la fórmula.

Ya es miércoles 14, y el diario de Massot se dedica en reseñar la victoria de Newell’s sobre Boca y auscultar la vida privada de Diego Maradona. También refleja la visita de de Narváez a Bahía Blanca, donde “festejó” y “dijo que no piensa bajarse”. Otra primera plana que convendrá otorgar a la guarda de Su Majestad, el archivo.

FUENTE : PACO URONDO

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