El gendarme retirado Roberto Fusco fue detenido el miércoles en Tigre e indagado ayer,acusado de crímenes de lesa humanidad. Se lo acusa de ser “Pajarito”, el carcelero encargado de trasladar a los secuestrados a la sala de tortura en el centro clandestino El Campito, que funcionó en Campo de Mayo, informó Tiempo Argentino.
Tras un año de investigación, la jueza Alicia Vence, del del Juzgado Federal Nº 2 de San Martín, y la fiscalía de Derechos Humanos local determinaron que Fusco es el mentado “Pajarito”. Y le adjudicaron la custodia de los secuestrados en El Campito, entre 1976 y 1978. De los relatos de los sobrevivientes se desprende que trasladaba a las víctimas de la represión –encapuchadas y atadas- al infierno de la tortura. También los llevaba al baño, a la enfermería, les proveía algo de comida, entre otras acciones.
Ayer, en su declaración indagatoria, Fusco –nervioso y ofuscado- negó los cargos. Dijo ser una persona de bien, que no tiene un cargo de conciencia y que entró a la fuerza para ejercer su profesión de músico (integraba la banda de la fuerza). Pero ese elemento que usó para su defensa es más bien un problema para el acusado: los sobrevivientes definieron a “Pajarito” como músico. Mientras Vece resuelve su situación procesal, Fusco fue alojado en una unidad penitenciaria.
Si bien Fusco habría tenido contacto con la mayoría de los secuestrados de El Campito, lo indagaron por los casos de Alicia Castro, Walter Meza Niella, Eduardo Cagnolo, Diego Muñiz Barreto y Juan Fernández. A los dos últimos los trasladó desde diferentes galpones a la sala de torturas. Fernández (quien falleció pero dejó su testimonio por escrito) recordó que “Pajarito” lo llevó a firmar papeles y durante aquel recorrido lo sometió a diversos tormentos.
Pablo Llonto, abogado querellante, participante en el caso de Muñiz Barreto y Fernández, aseguró a Tiempo: “Es un Avance importantísimo en la causa”.
El caso de “Pajarito” se sumó a las últimas detenciones de Mario “Escorpio” Domínguez, suboficial del Ejército, y al de Carlos “Gordo I” Villanova, ex policía.
Ambos fueron torturadores de El Campito. “Con esfuerzo y paciencia, hay que encontrar a todos los responsables de las torturas” en ese centro, dijo Llonto.