La semana pasada se inauguraron plantas financiadas con capitales indios. La semana entrante llega una delegación del gigante asiático integrada por decenas de empresarios a la búsqueda de proyectos. Emerge una nueva etapa.
El panorama de la economía y las relaciones comerciales internacionales sufren alteraciones casi a diario. Los vaivenes en los precios de los commodities, la persisitencia en la denominada “guerra de monedas”, las idas y venidas con las tasas de interés en los diferentes bloques regionales y los circuitos especulativos del capital replantean los escenarios y los potenciales aliados de cada uno de los países.
El resultado de las reuniones en Asunción de la Cumbre del Mercosur y la Unión Europea dejó sabor a poco (por no decir que fue un fiasco) y debe interpretarse a la luz del impasse que plantea, precisamente, este contexto internacional (ver nota en página 4). El alza de los precios de los commodities alimentarios ha realineado intereses que se expresaron nítidamente en las últimas dos reuniones del G-20. Por un lado, los países europeos que pugnan por poner un tope a los precios y, por el otro, los emergentes que han actuado en bloque para defender, en este caso, el libre mercado.
La propia crisis internacional y la recesión en los países del Viejo Continente y los Estados Unidos han replanteado como política estratégica para la Argentina un nuevo eje de relación bilateral que, además de ratificar la primacía del bloque regional sudamericano con Brasil a la cabeza, pone el foco en el desarrollo de nuevos mercados y nuevos productos entre los países emergentes enrolados en la sigla BRICS.
Países como China y la India aspiran a incorporar a miles de millones de habitantes a su clase media con renovados hábitos de consumo. De este modo se van constituyendo como aliados comerciales estratégicos para la colocación de cereales, semillas y sus derivados manufacturados. La India llegó a superar a China como principal destino de las exportaciones argentinas de aceite de soja a pesar de que, según aseguran fuentes oficiales, el gigante asiático no cesó de importar ese producto manufacturado.
China representa el segundo socio comercial de la Argentina, después de la República Federativa del Brasil. La balanza comercial superó en el año 2010 los U$S 13 mil millones. Así las exportaciones recuperaron la tendencia ascendente, incrementándose en un 60% con respecto al año anterior, al superar los U$S 700 millones. Las importaciones procedentes de ese país crecieron un 58%.
Los intercambios diplomáticos del ahora llamado eje sur-sur se han intensificado en el último período, no sólo en intervenciones en bloque en las cumbres de presidentes sino también en recurrentes viajes bilaterales. La presidenta Cristina Fernández visitó personalmente ambos países en el último año y medio. Pero han sido incesantes también las reuniones entre funcionarios de primera línea, como es la del ministro de Comercio chino, que llegará el jueves para mantener un encuentro de trabajo con el Canciller Héctor Timerman. Además está previsto que entre los días 16 al 19 se realice una misión de empresarios argentinos a la República Popular China.
Pero esta visita de Chen Deming tendrá otro carácter. Ya no se trata apenas de consagrar acuerdos comerciales. La delegación oriental, de hecho, está integrada por contingentes de empresarios que vienen en busca de posibilidades de inversiones en el país.
Lo mismo hacen, crecientemente, capitales de la India que apuesta a laboratorios farmacéuticos, equipamientos agrícolas, bienes de capital y otros de alto nivel tecnológico que permiten agregar valor y desarrollar la estructura productiva del país.
Las empresas integrantes de la delegación china incluyen sectores de interés para la Argentina: minería, transporte, petroquímica e infraestructura y hasta sistemas de riego. Gao Xiching, presidente del quinto mayor fondo soberano del mundo, China Investment Corporation, señaló oportunidades de inversión en la actividad forestal, autopistas, aeropuertos, puertos y trenes bala.
Según aseguraron fuentes de la Cancilleria, “el énfasis estará puesto en el desarrollo de inversiones productivas en las provincias del interior del país”. Durante la reunión se prevé la firma de un Memorando de Entendimiento y Cooperación en la Promoción de Inversiones que, según las fuentes oficiales, “permitirá expandir y diversificar la relación en materia de Comercio e Inversiones acordada en ocasión de la visita presidencial de julio de 2010 bajo la premisa de diversificar el comercio bilateral en forma armónica y equilibrada, pero poniendo énfasis, para esta nueva etapa de la relación bilateral, en el incremento de la corriente de inversiones”.
La novedad, claro, plantea un análisis fino del carácter de esas inversiones para discriminar entre aquellas que impliquen un aporte al desarrollo del país y las que, por el contrario, puedan generar una carga.