Todos los inviernos, el monóxido de carbono hace estragos y este año no es la excepción: ya produjo la intoxicación de 53 personas en el país de las cuales 20 fallecieron.
El fuego debe tener color azul, que indica que la combustión del gas es correcta.
Para comprender el peligro que calefones, estufas, hornos y demás artefactos de calefacción representan para la salud, primero hay que entender cómo producen el monóxido. El proceso es el siguiente: los materiales combustibles ricos en carbono (gas, petróleo, carbón, kerosén, nafta, madera o plásticos) necesitan oxígeno para quemarse, pero cuando la cantidad de O2 es insuficiente, la combustión es incompleta y se forma CO.
Una vez que el monóxido ingresa por las vías respiratorias al organismo, hace una combinación con la hemoglobina de la sangre e impide transportar oxígeno. De acuerdo al tiempo de exposición puede provocar desde dolores de cabeza, náuseas y desmayos, hasta la muerte.
El monóxido de carbono es imperceptible y mata
Una de las características más peligrosas de este gas tóxico radica en que no es detectable a través de los sentidos, lo que le valió el mote de “asesino silencioso”. Carece de olor, sabor y color. Tampoco irrita los ojos ni la nariz. Por eso, es indispensable tener en cuenta las siguientes medidas de seguridad que aconsejan los especialistas para calefaccionar el hogar y no correr ningún riesgo.
• Ventilar los ambientes. La gran mayoría de los accidentes por inhalación de monóxido se encuentran relacionados con inconvenientes en el conducto de evacuación de gases. En aquellos ambientes en los que haya instalados artefactos a gas debe haber ventilaciones permanentes (conductos de evacuación o rejillas, según el artefacto presente). Las mismas deben estar colocadas en forma reglamentaria y no deben estar obstruidas ni desconectadas.
• Verificar que el color de la llama de los artefactos sea azul (intenso en el centro y más claro en el exterior). Ese color indica que la combustión del gas es correcta. Si es amarilla o naranja, indica la presencia de monóxido de carbono ya que el fluido se quema en forma incorrecta. En esos casos, llamar a un gasista matriculado.
• Realizar revisiones periódicas de artefactos, ventilaciones y cañerías de gas.
• Los artefactos deben contar con válvula de seguridad y ser instalados en forma fija. No usar mangueras de goma, están prohibidas por su peligrosidad.
En los ambientes con artefactos la ventilación permanente es obligatoria.
• Instalar solamente artefactos aprobados por los Institutos avalados por el ENARGAS.
• Hacer verificar por un gasista matriculado que el quemador de gas no se encuentre con la entrada de aire primario reducida.
• Mantener una correcta limpieza de las hornallas de la cocina. No permitir el desborde de líquidos o alimentos ya que pueden obstruir los quemadores.
• Controlar que los recipientes no se manchen por el humo de la llama (indica una combustión incompleta).
• Las instalaciones de gas y su mantenimiento deben ser realizadas exclusivamente por gasistas matriculados.
