El bombardeo mató a ocho niños e Israel advirtió que su ofensiva militar “puede ser prologanda”, pese a que el Consejo de Seguridad de la ONU reclamó un alto el fuego “inmediato y sin condiciones”.
Uno de los bombardeos alcanzó la clínica externa del hospital Al Shifa en la Ciudad de Gaza, y otro golpeó un parque situado junto al campamento de refugiados Al Shati, según precisó la agencia de noticias palestina Maan, que agregó que los ataques dejaron además 40 heridos, 32 de ellos niños.
Mientras las autoridad palestinas responsabilizaron al Ejército israelí, un comunicado de esa fuerza militar aseguró que el bombardeo contra el hospital se produjo por el impacto de cohetes disparados por Hamas desde la propia franja.
“Hace poco el Hospital Al-Shifa y el campo de refugiados de Al-Sahti fueron alcanzados por ataques de cohetes fallidos disparados por terroristas de Gaza”, afirmó el Ejército en un escueto comunicado.
Además de los bombardeos, la agencia de noticias Maan, que cifra los muertos civiles palestinos de hoy en 15, informó que al menos cuatro milicianos murieron hoy cerca del kibutz Nahal Oz, en el sur israelí, tras salir de un tunel excavado desde la franja y enfrentarse con fuerzas israelíes.
Previamente, el Ejército había informado sobre la muerte de cinco soldados israelíes, con lo que el balance de muertos desde iniciada la operación militar, el 8 de julio pasado, es de 48 soldados y 3 civiles.
Hoy, el Consejo de Seguridad de la ONU reclamó a israelíes y palestinos un “alto el fuego humanitario inmediato y sin condiciones” que se prolongue durante la festividad árabe del “Eid al Fitr” (el fin del mes del Ramadán) y más allá.
El Consejo pidió a las partes a trabajar para lograr un acuerdo que detenga la violencia “de forma duradera basado en la propuesta de paz planteada por Egipto” y subrayó que “las instalaciones civiles y humanitarias, incluidas las de la ONU, deben ser respetadas y protegidas”.
La declaración incluyó el pedido para que se permita “el suministro inmediato de ayuda humanitaria a la población civil palestina”, y llamó a todas las partes a respetar la ley humanitaria internacional y a proteger a los civiles.
Paralelamente, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió una nueva “pausa humanitaria” en Gaza y reiteró a israelíes y palestinos la necesidad de un alto el fuego “duradero” que permita sentar las bases para una negociación.
Estos reclamos llegaron apenas horas después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hiciese lo propio en un diálogo telefónico con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“Dejó claro el imperativo estratégico de instaurar un inmediato e incondicional alto el fuego humanitario”, le había dicho Obama en el diálogo telefónico de ayer, tratando de mostrar que Estados Unidos quiere retomar la iniciativa diplomática en el conflicto entre israelíes y palestinos.
En una comparecencia en el Ministerio de Defensa israelí, sin embargo, Netanyahu despejó cualquier duda sobre la respuesta de su gobierno a estos pedidos y aseguró que la operación militar, que hasta la fecha dejó 1067 muertos palestinos y 48 soldados israelíes y 3 civiles, no concluirá hasta desmantelar los túneles que los grupos armados palestinos usan para atacar blancos israelíes.
“Evitar el terrorismo a través de los túneles debe ser parte de toda solución” al actual conflicto bélico, señaló.
Poco antes, las Brigadas Azedim Al Qassam, brazo armado de Hamas, habían asumido la autoría de un ataque con morteros que causó la muerte a cuatro israelíes e hirió a otros cuatro en un ataque contra el Consejo regional de Eshkol, en el sur de Israel.
Tras el ataque, el Ejército israelí advirtió a los habitantes de los barrios de Beit Hanun, Lahia, y del campo de refugiados palestino de Jabalia, al norte de la Ciudad de Gaza (que reúnen unas 400.000 personas en total), que abandonaran sus casas y se dirigieran al centro de la franja en previsión de nuevos bombardeos.
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