La medida lanzada por los trabajadores de transporte y la CGT de Moyano genera controversias hacia adentro del movimiento obrero nacional.

El paro general del actividades convocado para el 9 de junio por los gremios de transporte y la CGT de Hugo Moyano no pasó desapercibido en el mundo sindical y ya comenzó a generar disputas entre los sectores afines al oficialismo y los opositores.
En un principio la medida había sido resuelta por los gremios aglutinados en laConfederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y tenía como primer reclamo el impuesto a las ganancias, pero rápidamente la CGT de Moyano, la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo y la CTA de Pablo Michelli se sumaron al paro.

“Si tuviésemos un nivel de desocupación alto no estaríamos discutiendo paritarias sino que estaríamos discutiendo cambiar salario por trabajo”, agregó Yasky.
Además, remarcó: “No entiendo hacerle un paro nacional a un gobierno que aplica recetas que son repudiadas por la convergencia empresaria, por el FMI, por todos los que dicen que hay que volver a las viejas recetas“.
Por su parte, Michelli anticipó: “La idea es que no se mueva una pluma” y agregó: “Va a haber un solo paro, no va a haber un paro de la CTA, de la CGT y otro de la CATT”.
En tanto, uno de los principales promotores de la medida, el titular de la Unión Tranviaria Automotor (UTA) Roberto Fernández, aseguró que el sindicalismo tiene “las puertas abiertas al diálogo, si es que el Gobierno decide responder al reclamo de los trabajadores“.
Por otro lado, Moyano se sumó a la medida a través de un comunicado: “La Confederación General del Trabajo (CGT) informa que se reunió el Secretario Nacional y ante el creciente malestar que atraviesa la mayoría de los gremios ha resuelto instrumentar un paro general en todo el país para el mes de junio”.