El Hospital «Lic. Laura Bonaparte» enfrenta una crisis sin precedentes tras los despidos del 40 % de su planta. Médicos y otros trabajadores denuncian que el recorte de personal paralizó servicios esenciales y pone en riesgo la atención de salud mental para los sectores más vulnerables.
Marcos Caviglia, médico despedido del Hospital Bonaparte, aseguró que «lo primero que hay que desmentir es que esto es una reestructuración y calificó la situación como «un cierre del hospital encubierto». Según Caviglia, el despido masivo, que afecta al 40 % de la planta, dejó al centro de salud mental sin capacidad para funcionar con normalidad. «En el día de hoy no hubo psiquiatría de guardia. Un hospital de salud mental sin psiquiatra de guardia porque le llegó notificación de despido», remarcó, en diálogo con Radio con Vos.
El Ministerio de Salud a cargo de Mario Lugones sostuvo que se trata de cambios de reestructuración pero desde el Bonaparte lo rechazaron. «Agarraron desde el Ministerio, sin ninguna consulta con el hospital, a todas las personas que entramos desde el 2020 en adelante y las sacaron de funciones. No planificaron cómo llevar adelante el hospital», explicó. Caviglia detalló que, además, la situación ya era crítica debido a jubilaciones forzadas, despidos previos y malas condiciones laborales, que provocaron una reducción de más del 10 % de la planta en el último año.
La crisis afecta a todos los servicios del hospital, según explicó el médico que trabajaba precisamente en la guardia. «El hospital de día no tiene quién tome los turnos de la tarde. La guardia no tiene cómo sostener las funciones durante la noche, hoy ni siquiera tiene psiquiatra. Se afectó fuertemente el servicio de niños, odontología, todos los servicios». Además, subrayó la vulnerabilidad de los pacientes atendidos en el Bonaparte, que incluyen personas en situación de calle, sin redes de contención, y hasta pacientes con obra social o prepagas que no consiguen turnos en sus sistemas.
La situación interna del hospital también es motivo de preocupación. Según Caviglia, el lugar está «acéfalo» y los directivos no han dado explicaciones. «En el hospital no se puede hablar de nada porque hay un nivel de desazón que no te permite analizar. Los directivos están desaparecidos. No hay ningún tipo de diálogo con el Ministerio de Salud», denunció.
«La angustia que atravesamos no es solamente por nuestra situación personal sino por la salud pública y la situación de los pacientes, que no tienen otro lugar dónde atenderse o no tienen dónde caer parados y hoy no tienen su receta para su medicación.», expresó el médico despedido.
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