Cordobés, promotor de las low cost, en el Congreso está de licencia pero preside la Comisión de Turismo y aún conserva una estructura de al menos nueve asesores que usan un promedio de 30 pasajes al mes. Desde mayo de 2022 es director para las Américas de la Organización Mundial de Turismo bajo la órbita de la ONU con salario de 17 mil euros al mes y una polémica designación rechazada por los países de la región.
Es diputado nacional del PRO y vive en Madrid desde hace diez meses. Aun así, el cordobés Gustavo Santos no renuncia al cargo y en las cinco sesiones de 2023, en cuatro figura con licencia. Está al frente de la Comisión de Diputados de Turismo, que no se convoca. En Madrid se desempeña como Director para las Américas de la Organización Mundial del Turismo (OMT) con un sueldo de 17.000 euros. Para el cargo fue elegido, sin ningún tipo de consulta, por el titular de la OMT, Zulab Pololikashvilli, un georgiano más que cuestionado por el manejo oscuro del organismo. De hecho, los países latinoamericanos manifestaron su disconformidad con la designación de Santos. Lo asombroso es que, pese a vivir en Madrid, el diputado nacional tiene nueve asesores y en su oficina gastan, en promedio, unos 30 pasajes oficiales por mes, por supuesto pagados por el Estado. PáginaI12 estimó, por lo bajo, un gasto mensual de más de 3.500.000 pesospara un legislador que no está. Santos fue ministro de Turismo de Mauricio Macri, a quien no para de elogiar en sus redes sociales, y centró su gestión 2015-2019 en promover las aerolíneas low-cost.
Vivir en Madrid
El diputado nacional fue elegido para el cargo en la OMT en mayo del año pasado, pero tardaron unos meses en arreglar los papeles. Recién en septiembre oficializó el viaje para radicarse en Madrid, según consignó el sitio lanuevacomuna.com. Lo esperaba una magnífica vivienda, viáticos y el bonito sueldo de 17.000 euros mensuales. Seguramente no lo pondrá orgulloso tener el récord –no se conocen competidores en la materia– de ser diputado nacional y vivir en el exterior desde hace diez meses. Su mandato recién termina en diciembre.
No es fácil conseguir los datos oficiales de la Cámara de Diputados. Por lo que pudo averiguar Página/12, Santos pidió licencia de marzo a diciembre, o sea a lo largo de todas las sesiones ordinarias. En lo que va de 2023, estuvo en una sesión en febrero y figura como ausente por licencia en las otras cuatro desarrolladas hasta ahora. Lo que correspondía es que hubiera renunciado en mayo pasado, cuando aceptó el cargo en la OMT, o a lo sumo en septiembre, cuando se fue a vivir a la capital española. Lo que hizo fue renunciar a la dieta, los gastos de representación y el plus por desarraigo, pero sigue teniendo asesores y gastan en pasajes aéreos y terrestres. La jugarreta consiste, según parece, en quedarse con el cargo, usar algún pasaje de la OMT para venir a alguna sesión y confiar en que, por ser año electoral, habrá pocas sesiones.
Desde el punto de vista político-administrativo, una estafa. Ocupa una banca que no ocupa porque vive en otro país.
Un presidente a la distancia
Lo insólito es que Santos es aún presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados. Y la Comisión no tuvo un sólo encuentro este año. De hecho, la última reunión de la Comisión de Turismo fue en 2022.
El diputado del PRO y exfuncionario de Macri no tiene actividad, pero sí asesores y viajes. La explicación es la siguiente. Todo legislador tiene derecho a designar cuatro asesores y, además, otros tres por cada comisión que integra. Santos figura como titular de Turismo e integra Ciencia, Cultura, Economía, Mercosur y Transportes.
La Cámara de Diputados no le proporcionó a este diario la cantidad de asesores que tiene Santos, viviendo en Madrid, aunque hay fuentes que señalan que serían nueve. Y se usan unos 30 pasajes mensuales, diez aéreos y 20 terrestres. En términos económicos eso significa, en promedio, 2.700.000 pesos mensuales en sueldos y una cifra difícil de calcular de pasajes. El total excede los 3.500.000 por mes, sin lugar a dudas.
El oscuro mundo de la OMT
Diez altísimos cargos de la Organización Mundial de Turismo, entre ellos el anterior secretario general, Taleb Rifai, denunciaron ante la ONU que en la gestión actual de Zulab Pololikashvilli “los principios éticos están en declinación, se perdió la transparencia y los manejos son opacos y arbitrarios”. Las acusaciones surgieron a partir de un informe del departamento de ética de la OMT y la carta fue dirigida a la ONU dado que la OMT está bajo su órbita.
Las versiones indican que Pololikashvilli está en plena alianza con Arabia Saudita e incluso esbozó el plan de mudar la central de la OMT, actualmente en Madrid, hacia una ciudad saudita. La movida fue cortada por una fuerte oposición del gobierno español.
En el caso argentino, no hubo un pronunciamiento expreso pero sí un fuerte malestar cuando en 2022 Pololikashvilli designó, sin consulta de ningún tipo, al exministro de Macri como director para las Américas. En realidad, cuando Santos estuvo al frente del ministerio, hizo buenas migas con la conducción de la OMT, una especie de central de negocios turísticos. La base fue que Santos se convirtió en el campeón de la promoción de las líneas áreas low-cost, una política que apuntaba, en última instancia, también a privatizar Aerolíneas Argentinas.
En línea con todo lo ocurrido con la administración Macri, por supuesto no hubo previajes ni política alguna estatal para empujar el turismo, sino para favorecer negocios privados. Según quienes conocen a Santos, una de sus prioridades fue el glamping, camping con glamour, en Parques Nacionales, una especie de carpas de super-lujo que fueron aceptadas en algunas provincias y rechazadas en otras. En las Salinas Grandes de Jujuy la noche vale 132.000 pesos.
Esta especie de movida privatizadora, favorecedora de los negocios, dio como resultado que la designación de Santos no sólo cayó mal en la Argentina, sino también en otros países de América Latina, dado que no hubo consulta ni consenso de ningún tipo. Lo cierto es que, más allá de las políticas de turismo, hoy el diputado nacional cordobés está radicado en Madrid, mientras que en el Congreso hay una banca vacía.
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