El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, habla y se mueve como un candidato a presidente, pero cuando le preguntan por ello, responde que “este es un tiempo de construcción política y de consolidación de nuestro proyecto para el futuro del país”. En medio de su itinerante campaña, Domínguez explicó a TIEMPO ARGENTINO su interpretación de la situación económica del país y los desafíos para el futuro.
–¿Cómo ve la coyuntura económica actual?
–Argentina decidió hace una década vivir con lo propio. La presidenta dijo que si no tuviéramos el déficit energético y los pagos de deuda, lograríamos los superávits gemelos. Por eso se han tomado medidas activas de reducción de la deuda y de recuperación de YPF. Mientras tanto, volvemos a tener un estrangulamiento de la balanza de pagos por la falta de divisas para las importaciones de insumos para la industria. La más afectada pareciera ser la industria automotriz. Pero también sabemos que el año pasado se produjeron un millón de automóviles y que quedó pendiente, como explicó SMATA, un proceso de integración de autopartes que avance del 30% a un 50-55%. Hoy el problema está en la importación de autopartes. Pero no veo que estén estrangulados el desarrollo y el crecimiento del país.
–¿Los productores retienen soja para especular contra el peso?
–La comercialización de granos es un negocio. Una vez que el productor cubrió los costos, el manejo de granos actúa como una reserva. Por eso, tenemos que avanzar en la participación en el comercio exterior de granos y en la creación de una flota mercante. Si no, la situación va a seguir siendo como ahora: nosotros ponemos el ingenio, la tecnología, el riego y el trabajo para que se lleven los beneficios las empresas multinacionales.
–El titular de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, comparó a los legisladores oficialistas con la obediencia debida en la dictadura. Como miembro del oficialismo, ¿qué le responde?
–Esa declaración es propia de un tipo descerebrado. Es una falta de respeto a las instituciones democráticas. No parece una frase de un presidente de la UIA después de 30 años de democracia. Que no se olvide Méndez de las responsabilidades civiles y económicas durante la dictadura militar. Yo no sé dónde estaba él cuando a nosotros la dictadura nos estaba matando a nuestros propios compañeros. Y nos sentimos orgullosos de defender un proyecto de país. Nosotros fuimos parte de una boleta con Cristina a la cabeza, con el único objetivo de defender el trabajo y el desarrollo.
–¿Cómo ve la situación actual del litigio con los buitres y la amenaza de desacato del juez Thomas Griesa?
–Argentina es un país soberano que tiene sus propias leyes, con un Congreso que es representativo del pueblo. Y Griesa es un personero del orden financiero internacional. Lo que está claro es que este juez quiere voltear el canje.
–¿Se vino manejando bien el conflicto?
–Se vino defendiendo el interés de la Patria. Lo que es extraño es que aparezcan voces amigas de los fondos buitre y que todavía Domingo Cavallo tenga el descaro de explicarnos a los argentinos lo que debemos hacer. La defensa que ha hecho la presidenta contra la rapiña de los buitres es nada más que cumplir con el mandato que le confirió el pueblo.
–¿Es necesaria una ley como la de pago soberano?
–Es un intento de ratificarle al mundo que Argentina tiene solvencia y está dispuesta a pagar. El siete por ciento de los acreedores no puede condicionar la política argentina y el funcionamiento de sus instituciones. Este condicionamiento no hace otra cosa que ponerle un palo en la rueda al impulso del pueblo argentino para ponerse nuevamente de pie.
–La bancada radical dice que se podría hacer a través del Poder Ejecutivo.
–Hay que preguntarle a Yrigoyen y Alfonsín qué habrían hecho. Hay posiciones de un sector de la Unión Cívica Radical que no se compadecen con la tradición nacional y popular y republicana que el radicalismo ha tenido, y espero que tengan la posibilidad de reflexionar porque son momentos de encrucijada histórica que imprimen un carácter al futuro. Uno puede entender a alguien que tiene matriz liberal, pero no de los que vienen de una tradición popular.
–¿Tienen los votos para sancionar la Ley?
–Confío que vamos a alcanzar la mayoría porque la mayor parte de los legisladores tienen un sentido patriótico. Si países como Brasil, México, la propia administración de Obama y 110 legisladores ingleses se han pronunciado a favor de la posición del gobierno, eso debería ser razón suficiente.
–¿Qué piensa del proyecto enviado a la ONU para crear una Convención de Reestructuración de Deuda Soberana?
–Necesitamos un orden internacional público más justo y que los Estados sean parte del diseño del mismo. Es inconcebible que haya una rentabilidad del 1608% en dólares tal como pretenden los fondos buitre. Queremos terminar con el modelo de Estados empobrecidos sosteniendo una burocracia financiera parasitaria que trabaja para que los países sigan atrasados y endeudándose.