Sumido en un caos y sin un norte claro, el gobierno de Javier Milei, que repitió que no iba a «negociar nada», empezó a ceder algunas partes y modificar otras para intentar aflojar a los diputados dubitativos y facilitar la pronta aprobación de la ley ómnibus
La propuesta del gobierno de Javier Milei proponía sobre el impuesto a las Ganancias, establecer un piso de $1.250.000 en la remuneración bruta (sueldo neto de $1.053.291), en el caso de un empleado o jubilado sin deducciones por familia. Hasta hoy es de 15 salarios mínimos ($2.340.000).
Los montos de las deducciones y de las escalas se actualizarían de manera trimestral, según la inflación. Las fechas previstas eran abril, julio y octubre, y luego en enero de 2025. Además, se mantiene la reducción de la carga tributaria si se aplican otras deducciones por conceptos como el pago de salarios del servicio doméstico, honorarios médicos o cuotas de colegios.
Finalmente, esta vuelta atrás respecto a Ganancias también quedó descartado.
Según estimaciones, se preveía que alrededor de 800 mil personas volverían a estar alcanzadas por el tributo, dado que en la actualidad sólo pagan Ganancias aquellos que perciben sueldos brutos superiores a los $1.980.000.
La modificación de la ley del Impuesto a las Ganancias, en lo referido a la Cuarta Categoría, fue sancionada por el Senado el 28 de septiembre y entre sus principales aspectos figura la elevación del mínimo no imponible a partir de 2024 al equivalente a quince veces el monto del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM), una actualización semestral y una alícuota progresiva sobre el excedente del 27% al 35%.
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