Gabriel morini
La flamante presidenta de Justicia Legítima, María Laura Garrigós de Rébori, enfrenta, puertas adentro del Tribunal que encabeza, el desafío de confrontar con lo más duro del núcleo conservador del Poder Judicial. La batalla en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de Capital se plasma en lo simbólico del retiro de un cuadro en homenaje al ex camarista Jorge Vicente Quiroga, asesinado por el ERP en 1974, tras haber sido uno de los integrantes de la Cámara Federal en lo Penal –conocida como “Camarón”– responsable de la absolución de los marinos que actuaron en la Masacre de Trelew.
La discusión por el retiro de una placa en su homenaje, y ahora por la remoción de un retrato –revelados por Tiempo Argentino– muestran hasta qué punto está inserta en el ideario de un sector de la justicia la simbología heredada de la dictadura cívico-militar.
La falta de decisión, por más de medio año, sobre si remover o no el retrato de Quiroga –emplazado en 1978 en el Juzgado de Instrucción Nº20, ocupado por el magistrado– coincide con el homenaje que la semana pasada realizó la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, en el Colegio de la calle Montevideo. El grupo, que presta asistencia técnica a los represores detenidos, a quienes denominan “presos políticos”, colocó una réplica de la placa en homenaje a Quiroga, que el ex presidente de la Cámara del Crimen, Gustavo Bruzzone, ordenó retirar del frente del edificio del Palacio de Tribunales el 8 de junio del año pasado y que ahora descansa en el Archivo Nacional de la Memoria.
En minoría, Garrigós de Rébori tendrá entre sus primeras misiones llamar a un plenario de camaristas para definir cuál es el destino del cuadro, último homenaje que aún permanece desde la dictadura, en el edificio de Tribunales. De los 16 camaristas que componen el tribunal, nueve firmaron un comunicado planteando que apoyaban la iniciativa de la Asociación de Magistrados para pedir la inconstitucionalidad de la reforma judicial, que es apuntalada por Justicia Legítima y que ella ahora preside. Cuarenta de los 49 jueces de instrucción que están bajo su órbita, también apoyaron esa moción. Su nombramiento al frente de la Cámara por el voto de sus colegas ocurrió antes de que se lanzara el colectivo reformista que agrupa a abogados, fiscales y jueces. Y luego de que la ministra de la Corte Carmen Argibay le bajara el pulgar para su designación al frente de la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina, en medio de una sorda interna judicial. La primer solicitada de Justicia Legítima firmada por Garrigós fue determinante para el quiebre de una amistad de más de 20 años.