El gobierno nacional consiguió, por un pelo, dictaminar la privatización de Aerolíneas Argentinas. Gracias a las firmas del PRO, La Libertad Avanza, la Coalición Cívica y el radicalismo, Javier Milei está un paso más cerca de vender la aerolínea de bandera. La llave para el dictamen privatizador, sin embargo, la terminó ofreciendo Encuentro Federal y el radicalismo díscolo: solo cuando confirmaron que presentarían su dictamen de minoría fue que el oficialismo logró juntar el quórum de firmas necesario para emitir dictamen. Solos, por más que tenían dictamen de mayoría, el oficialismo y el PRO no hubieran alcanzado a sumar la mitad más uno de firmas del plenario de comisiones y hubieran fracasado en su intento de dictaminar. Finalmente lo lograron, y todo delante de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas que habían asistitido a la reunión plenaria para exponer y pedir, sin éxito, que no “rifaran” la empresa.

La bancada libertaria había llegado al plenario de comisiones de Transporte y de Presupuesto sin tener del todo claro si conseguiría dictamen de mayoría para privatizar Aerolíneas Argentinas. Federico Sturzenegger había comenzado a presionar para llevar el debate al recinto, pero el número no estaba y Martín Menem se quejaba, por lo bajo, de tener que forzar una iniciativa que, en última instancia, moriría en el Senado. Fueron, al final, el PRO y el radicalismo, con la mendocina Pamela Verasay a la cabeza, los que se echaron al hombro la tarea de juntar las firmas para la reunión plenaria del martes. 

En total hubo cuatro dictámenes. El de mayoría fue, con 35 firmas, el del oficialismo basado en el proyecto de Hernán Lombardi. El texto declara a la empresa “sujeta a privatización”, pero no abunda en detalles sobre cómo será el proceso de venta, facultad que delega en el Poder Ejecutivo, es decir en Milei. Textualmente autoriza al PEN “a establecer el marco legal y llevar adelante el procedimiento para instrumentar el proceso de privatización” y agrega que el procedimiento del remate debe seguir los pasos de lo establecido en el capítulo de privatizaciones de la Ley de Bases.

Acompañaron el PRO, el radicalismo liderado por Rodrigo de Loredo, Paula Oliveto (Coalición Cívica) y la sanjuanina Nancy Picón (Producción y Trabajo): los sectores que LLA contabiliza para privatizar la aerolínea en el recinto. El gobierno no tiene, aún, el número para privatizar. No sin Encuentro Federal, que lidera Miguel Ángel Pichetto, y los radicales de Facundo Manes y Martín Lousteau que rompieron con el bloque radical para crear “Democracia para siempre”.

Los pichettistas Nicolás Massot, Ignacio García Aresca y Esteban Paulón, los radicales Mariela Coletta y Jorge Rizotti, y el lilito Maxi Ferraro – la CC votó dividida – firmaron un dictamen en minoría que propone la privatización parcial. Plantean que el Estado conserve el 51 por ciento de las acciones y el control de la empresa, e incluyen una cláusula que obliga al Ejecutivo a tener que pedirle permiso al Congreso si desea, luego, liquidar la empresa o vender las acciones faltantes. Sin este dictamen de minoría, sin embargo, el gobierno no hubiera podido avanzar con su propio dictamen. Esto se debe a que el reglamento exige que la mitad más uno de los miembros de la comisión se expidan en acompañamiento de algún dictamen para poder finalizar el trámite: el gobierno necesitaba llegar a 41 firmas y, solo con su dictamen, no alcanzaba. Fue EF con su dictamen el que preparó el terreno para que, al finalizar la tarde, el gobierno pudiera anotarse un triunfo.

“Hay un grupo de diputados  que le están permitiendo al oficialismo avanzar con plan de privatización dándole las firmas para que dictamen quede firme. Presentan matices pero le hacen el juego al gobierno”, denunció el titular de Unión por la Patria, Germán Martínez, quien acusó a los pichettistas y radicales más opositores de regalarle un “triunfo político a Milei sin que tenga que despeinarse”. UxP y el “Chipi” Castillo (FIT) serían los únicos que presentarían dictámenes de rechazo a la privatización.

En EF, mientras tanto, no lo negaban. “El gobierno se salva con nuestro dictamen”, admitió un diputado pichettista que, sin embargo, es escéptico sobre la posibilidad de llegar al recinto. En EF insisten en una privatización parcial “con el modelo YPF”, sabedores de que, sin sus votos, el gobierno no puede aprobar ninguna ley de privatización. Especulan con que, en el recinto, el gobierno se vea obligado a acompañar su plan de privatización, pero algunos dudan: “No van a querer darnos un triunfo comunicacional, lo van a dormir”, deslizaba un dirigente de EF.

El debate

Previo a la firma del dictamen, más de una docena de trabajadores de Aerolíneas Argentinas pasaron por el plenario de comisiones para defender la línea de bandera “Aerolíneas hoy en personal, en inversión y tecnología está presentada para ser una herramienta estratégica para el desarrollo del país”, destacó el comandante Gabriel Ramiro Pla, que trabaja hace 27 años en la empresa y recuerda cuando el grupo español Marsans se quedó con la empresa en 2007: “Había atrasos en la flotas, desinversión. No había centros de instrucción, ni mantenimiento, no había repuestos, los tripulantes de cabina tenían que mezclar el jugo con agua para poder dar un servicio a bordo”, enumeró.

Curiosamente, entre los especialistas invitados para exponer a favor de la privatización estaba Fernando Dozo, gerente de política aérea de Aerolíneas durante las gestiones de Iberia y Marsans. “La única alternativa que tiene Argentina con esta compañía es llamar a concurso internacional a ver quien se hace cargo de esto”, cuestionó el abogado, quien criticó con dureza la estatización encabezada por Cristina Fernández de Kirchner. El encargado de responderle fue Eduardo Toniolli (UxP). “¿Les parecería razonable traer a la comisión de Legislación Penal al Petiso Orejudo? ¿Les parecería razonable traer a Alfredo Astiz a la comisión de Derechos Humanos? Es una vergüenza que el cómplice del saqueo de Aerolíneas venga a darnos cátedra de lo que tenemos que hacer”, lo cruzó Toniolli, entre los gritos del resto de la bancada de UxP que le gritaban “caradura”, “chorro” y “sinvergüenza” a Dozo.

Otro de los momentos más tensos fue cuando Silvana Giudici, espada PRO muy alineada con el gobierno libertario, salió a calificar de “ñoquis” a los trabajadores de Aerolíneas. Los mismos trabajadores le respondieron – “No somos ñoquis los que vamos a trabajar todos los días”, señalaron -, pero también Alicia Castro, que había sido invitada en calidad de ex sindicalista del gremio de aeronavegación. “Privatizar y reducir costos significa reducir los entrenamientos de tripulantes de cabinas, tripulantes técnicos y fallas técnicas de aviones viejos”, cuestionó la ex embajadora.

Quienes tomaron la posta en defender la privatización fueron los dos autores de los proyectos: Lombardi y Juan Manuel López. “Lo mejor que le puede pasar a la Argentina es desregular los cielos, que se vuele más”, argumentó Lombardi. Los diputados de UxP le recordaron que, cuando Mauricio Macri avanzó en 2016 con la política de cielos abiertos, hubo destinos a los que ninguna low cost quiso acercarse. “Se nota que son porteños y viven en Capital Federal. Aerolíneas Argentinas garantiza conectividad. ¿Saben cuántas rutas había cuando estaba en manos de privados? 10 rutas. Hoy tenemos 39. A las compañías no les interesa llegar a destinos no rentables. Y eso lo sabemos los que trabajamos en turismo”, les respondió, con vehemencia, Carolina Gaillard (UxP).