El temor al colapso sanitario y la suba de prepagas, claves para alcanzar el acuerdo en la paritaria de Sanidad

La semana pasada se firmó el cierre del convenio del 2020, que generó incertidumbre en el sector sanitario, porque se avecinaba un paro de actividades. Desde el gremio que lidera Héctor Daer destacaron el acuerdo, pero alertaron de la situación de “estrés” en la que se encuentra el personal de salud. El aumento de prepagas y de los aranceles del PAMI, financiadores del sistema, clave para lograr la firma de la suba salarial.

Por: Diego Lanese.

Con un acuerdo alcanzado el jueves pasado, que contempla un aumento salarial de entre el 14 y l 7 por ciento según las categorías, se cerró la paritaria 2020 de los trabajadores de la Sanidad del sector asistencia, es decir, aquellos que prestan servicios en clínicas, sanatorios, geriátricos y otros establecimientos similares. La firma del convenio llegó a horas que se venciera la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo nacional que evitó medidas de fuerzas, en pleno aumento de los casos de coronavirus. Por la importancia del sector en la lucha contra la pandemia, había especial interés en evitar nuevas medidas de fuerza, incluido un paro de actividades para esta semana, que finalmente quedó sin efecto. La trama secreta del acuerdo incluye un aumento de las cuotas de la medicina prepaga, que financia parte de la actividad de la salud privada, y que fue clave para destrabar las negociaciones.

Desde el gremio que lidera el cotitular de la CGT Héctor Daer destacaron el acuerdo, pero alertaron que el personal del sector está comenzando a estresarse por el trabajo “a destajo” producto de la crecida de contagios de Covid-19, que alcanzó record históricos la semana pasada, y que amenaza con saturar el sistema de atención, tanto el estatal como el privado. En mayor hay un compromiso de las cámaras empresariales de comenzar a discutir la paritaria de este año, que se vence en junio.

 

 

 

Las duras negociaciones entre las cámaras empresariales y la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) se dieron en un contexto de aumento de casos de coronavirus, que pone al sistema de atención en jaque. Por eso, cuando se anunció un paro nacional para esta semana, en caso de no haber un acuerdo, hubo mucha preocupación en el Ministerio de Trabajo, que realizó gestiones para evitar el conflicto y lograr un acuerdo.

Factores que destrabaron

El anuncio de una suba de las cuotas de las prepagas del 10 por ciento sirvió para que las empresas mejoraran la oferta final, y se lograra la firma de la paritaria del año pasado. Según informaron desde FATSA, el incremento final alcanzado en los salarios fue del 14 al 17 por ciento, según las categorías de los empleados, lo que termina de cerrar una suba anual del 36,1 por ciento para el 2020. A partir de abril, la categoría más alta del salario básico del personal de sanidad comenzará a percibir algo más de 75 mil pesos, la que le sigue poco más de 60 mil y, la más baja, casi 45 mil pesos.

El acuerdo es para la llamada sección asistencia, que incluye a trabajadores de clínicas, sanatorios, hospitales privados, laboratorios de análisis clínicos, neuro-psiquiátricos y geriátricos, entre otros establecimientos. El argumento de las cámaras empresariales para rechazar antes los pedidos era que no podían pagar las subas, por el “estado de crisis” del sector, que tuvo incrementos por encima de la inflación durante la pandemia, y cuyos aranceles no fueron actualizados salvo una suba en diciembre del 2020, que iba a ser del 10 por ciento pero sólo se concretó en cerca de la mitad.

“La clave fue el aumento de las prepagas, y la actualización de los aranceles que pagan los grandes financiadores del sistema, en especial el PAMI”. Así le explicó a Gestión Sindical un dirigente de la Sanidad cómo se logró el acuerdo, que lleva tranquilidad a las partes. En el primero de los casos, la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) oficializó casi al mismo tiempo que las cuotas de las empresas privadas subirá un 10 por ciento, 4,5 en abril y 5,5 en mayor.

“La medida destrabó, porque además el PAMI, que es el gran financiador del sistema, actualizó sus aranceles, y permitió llegar a un acuerdo”, recalcó el mismo dirigente consultado. En el gremio de Sanidad admitieron que el gobierno había congelado las cuotas en el 2020, por lo cual las entidades estaban con valores del 2019. “Era bastante difícil sostener ese esquema, y los trabajadores no podíamos resignar nuestros ingresos”, agregaron. En el 2020, el gobierno nacional sólo autorizó una suba para el sector de las prepagas: del 10 por ciento en diciembre. Esto contrasta con los incrementos por encima del 60 por ciento que se dieron en 2019, subas que estuvieron por encima de la inflación.

Alerta por la segunda onda

Otro tema importante que se tuvo en cuenta en la negociación fue el temor que existe de un colapso del sistema sanitario, por el aumento de casos. Cuando se anunció el primer paro, el 25 de marzo pasado, los prestadores privados se quejaron de la medida en medio del crecimiento de contagios de Covid-19, ya que las protestas –que incluyeron asambleas en los lugares de trabajo –generaron demoras en la atención. Para evitar esto, el Ministerio de Trabajo buscó evitar esto, primero con la conciliación obligatoria y luego con la intervención en la discusión, garantizando los recursos para que se pueda pagar el aumento.

Es que el temor en la Casa Rosada es que el sistema de atención público y privado colapse. “El personal está cansado, estresado, por eso reclamamos el reconocimiento salarial, porque no podemos permitir que en esta situación estamos cobrando sueldos tan bajos”, insistieron desde el gremio de Sanidad. Los números de ocupación de las camas de terapia intensiva le dan la razón a quienes están tan preocupados.

En un reporte publicado este lunes por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) se señaló que, en un muestreo voluntario de 53 instituciones públicas y privadas de la Capital Federal y el gran Buenos Aires, “el 93 por ciento de las 1.046 camas UTI de estos establecimientos está ocupada y que de ese total el 57 por ciento de las personas son pacientes con coronavirus”.

 

 

 

“De una muestra voluntaria de 53 Terapias Intensivas públicas y privadas de CABA y Gran Buenos Aires, se observa una altísima tasa ocupación de camas de Terapia intensiva y del uso de ventilación mecánica”, concluyó la SATI en su trabajo, al que tuvo acceso Gestión Sindical. La institución aclaró que “ésta es sólo una muestra de alguno de las Instituciones públicas y privadas, por lo que no es prudente extraer conclusiones por encima de las estadísticas oficiales”.

Un poco de tranquilidad para Daer, en medio de la tormenta

Para Héctor Daer, la firma del convenio lleva tranquilidad, en momentos que vive cuestionamientos como líder de la CGT, luego de conocerse que se reuniera con el presidente Mauricio Macri en al menos dos ocasiones. La semana pasada, luego de una reunión de la mesa chica de la central obrera, se anunció que entre septiembre y octubre se buscarán renovar las autoridades de la CGT, que desde agosto del año pasado tiene sus mandatos vencidos.

En esa cumbre, la dirigencia habló de su apoyo a las medidas adoptadas por el presidente Alberto Fernández para controlar la pandemia, pero alertaron sobre los efectos del cierre o restricciones de la economía. Esto fue leído como un cortocircuito con el oficialismo, desmentido por el entorno del dirigente, que sigue mostrando su coincidencia con el Frente de Todos.

Pero también hubo contactos con la dirigencia empresaria, lo que podría reabrir la chance de un acuerdo similar al firmado en 2020, que permitió a las empresas pagar el 75 por ciento de los sueldos del personal afectado por las restricciones. En cuanto a la paritaria de su sector, hubo compromiso para reabrir la discusión, en este caso la del 2021, en mayo, un mes antes que se venza la que está en vigencia.

FUENTE TRES LINEAS