Más de 1,4 millones de adolescentes quedarán habilitados para votar.
El recinto fue un solo grito joven cuando el tablero electrónico daba cuenta que se había convertido en ley la habilitación del voto para los jóvenes de 16 y 17 años. Las banderas que pacientemente habían colocado las agrupaciones políticas juveniles en los palcos flamearon al son de la alegría. No era en vano, la ampliación de derechos había avanzado un nuevo casillero y esta vez les tocó a los más chicos, que venían exigiendo ser partícipes de esta nueva época. Fueron 131 votos los que respaldaron el texto normativo y sólo dos en contra. Sucedió que la oposición se retiró poco antes de la votación en rechazo al discurso del legislador Andrés Larroque (FPV), a quien acusaron de realizar un discurso agresivo contra las bancadas que habían señalado la norma como demagógica y especulativa.
Fue una larga jornada de casi 12 horas de debate, en donde la oposición desgranó una extensa diatriba contraria a la ley. La oposición sentía que no debía dejar pasar la oportunidad de demostrar su rechazo a la iniciativa por considerarla demagógica y oportunista. Lo hicieron sin importarle siquiera que, con la ley reglamentada, el próximo año tendrán que convencer a la franja etaria que se incorpora al padrón electoral –quedará elevado en un 4,8% con respecto al de la última elección– para que los vote.
Así se sucedió una serie interminable de discursos rechazando la honestidad de la propuesta oficial. Larroque habló antes del discurso de los jefes de bloques, previo a la votación. El dirigente de La Cámpora decidió que era el momento de responder las acusaciones. Le enrostró al radicalismo la debacle del 2001. “Hablan que el Estado está ausente, pero dónde estaba el Estado en 1999 y 2001, era el Estado del ajuste y el desempleo para pagar deuda externa. Ustedes no hablen que no pueden ni gestionar una calesita”, les dijo y los radicales se enojaron. Luego les habló a los del PRO y les endilgó “despreciar” a la sociedad. Por último se dirigió a los socialistas, de quienes dijo: “Escuchamos a los diputados socialistas decir que no quieren más jóvenes muertos… qué bueno porque hasta hace unos días tenían un jefe policía narcotraficante. He leído sobre el socialismo científico, sobre el socialismo utópico, pero nunca escuché hablar de narcosocialismo, es una pena”, dijo y comenzaron los insultos. El jefe del bloque socialista, Juan Carlos Zabalza, saltó de su banca y corrió hacia la presidencia. Los radicales comenzaron a levantarse y así el resto de la oposición abandonó el recinto con insultos a Larroque y a todos los diputados del FPV. Medio recinto quedó vacío, pero no alcanzó para hacer caer la sesión.